Se acercan tiempos de definiciones muy trascendentes para la Argentina. Más allá de la asunción del nuevo Presidente de la Nación Javier Milei, el próximo 10 de diciembre, ya está confirmado quién será su ministro de Economía, Luis Caputo, quien tendrá por delante el exigente desafío de gestionar una apertura de la economía, hoy trabada por una sucesión de controles y regulaciones.
Santiago Bausili será el presidente del Banco Central en reemplazo de Miguel Pesce. El economista es socio de Caputo en la consultora Anker Latam y fue secretario de Finanzas en tiempos de mandato de Mauricio Macri. Bausili ocupó ese puesto bajo tres ministros: el propio Caputo, Nicolás Dujovne y Hernán Lacunza.
Bausili enfrentará desde el día la función de regularizar un atomizado mercado cambiario, además de pilotear una coyuntura con devastadas reservas en la entidad monetaria, apenas sobre los USD 21.000 millones en términos brutos -un piso desde 2006- y negativas en más de USD 10.000 millones en la contabilidad neta, es decir, al descontar préstamos y depósitos privados. El Banco Central tuvo que sacrificar USD 149 millones de reservas líquidas para compensar el faltante de oferta en la plaza mayorista, en una rueda con negocios por USD 302,7 millones en el segmento de contado (spot). Fue el saldo negativo más amplio desde el 10 de octubre último.
“El BCRA terminó la jornada con ventas por USD 149 millones para atender necesidades del mercado. En lo que va de diciembre acumula ventas por USD 365 millones, superando ya el rojo de octubre pasado”, consignó Gustavo Quintana, operador de PR Corredores de Cambio. A falta de una sola rueda operativa en la plaza mayorista esta semana -por el feriado del viernes 8, Día de la Inmaculada Concepción-, todas las expectativas de los agentes del mercado están puestas en una eventual liberación de los negocios a partir del lunes 11 de diciembre, ya asumido el nuevo Gobierno. Es decir que el nivel de precios del tipo de cambio vuelva a ser establecido por la puja entre las puntas vendedoras y compradoras entre participantes privados.
En este sentido, en la sesión mayorista continuó la regulación de liquidez del Banco Central, junto con una demanda autorizada, que redunda en una dosificación de precios y cantidades operados para la divisa de EEUU, una práctica que se contradice con el desenvolvimiento de un mercado único y libre de cambios.
El dólar mayorista cerró este miércoles a $363,70 en el segmento de contado, con un alza marginal de 60 centavos en el día, en una continuidad de los que se llama “crawling peg” o devaluación gradual del peso, a un ritmo muy inferior al de la inflación.
En contraste, se efectuaron negocios marginales en el mercado pactados para el lunes 11 de diciembre, en “t+5″, en donde no hubo intervención del Banco Central y donde se convalidó un salto cambiario de 34,7 por ciento. Quintana subrayó que las “últimas operaciones formalizadas para liquidar el lunes próximo marcaron un nivel de $490 por dólar”.
