Ing. Juárez: Párroco denunció el crecimiento del consumo de drogas en jóvenes wichí

En contacto con el Grupo de Medios TVO, el Padre Juan Rosasco, párroco de Nuestra Señora de la Merced de Ingeniero Juárez e integrante de la Pastoral Aborigen de Formosa, denunció que es preocupante la situación de los jóvenes con la droga en la localidad y señaló que es necesario de manera urgente que se genere un compromiso entre el gobierno, las fuerzas de seguridad y los organismos.
“Nosotros en la Parroquia tenemos un programa de la iglesia que es ‘Los Hogares de Cristo’ en un convenio con la Sedronar donde contamos con un hogar de día para trabajar con jóvenes y adolescentes de las comunidades wichí con problemas de adicciones”, contextualizó el religioso.
Seguidamente señaló que no hay que perder el foco del problema que tiene que ver con que la droga se consigue de manera fácil en Juárez. “Están disponibles muy fácilmente para el que las quiera consumir y son de muy baja calidad”, asintió.
Explicó entonces que, al trabajar con los jóvenes, lo primero que sale a la luz es que adquieren estas sustancias con mucha facilidad, entre las que está el alcohol, nafta, pegamento y pastillas que comienzan a consumir desde muy temprana edad.
“Tal es así que está el caso de la niña de 14 años que en una noche junto a su pareja estuvieron consumiendo mucho, se pelaron y terminó en este hecho de violencia donde el joven le tiró alcohol, la quemó y ahora está muy comprometida, luchando por su vida”, lamentó Rosasco.
Puntualizó que lo que sucede en Ingeniero Juárez es algo “más profundo” de lo que se cree porque “hay que preguntarse cuál es el proyecto que tienen estos jóvenes y que posibilidad tienen para sus vidas”.
“Lo que decimos desde el Hogar de Cristo es que toda adicción es para tapar un vacío, un dolor. La sustancia no tiene magia, te adormece, y la utilizan para olvidarse del dolor, pero terminan haciéndose mucho daño”, opinó.
Expuso el Párroco que “para buscar una solución sobre lo que está ocurriendo en Juárez es necesario que nos unamos y trabajemos de manera articulada con el gobierno, organismos y colaborar entre todos porque acá lo que está en juego es la vida de los jóvenes y de los niños”.
En este marco sostuvo que “por un lado le toca al Estado y a las fuerzas de seguridad desarticular el negocio de las ventas de drogas; mientras que nosotros trabajamos en la prevención y recuperación, porque no tengo las herramientas ni tampoco una organización para eso, después como sociedad es necesario trabajar para que haya proyectos y estos chicos tengan un futuro”.

Los jóvenes wichí no tienen
certezas para su futuro

“La realidad de un joven wichí hoy es la siguiente: primero por ser joven comparte esta situación de qué va a pasar con mi futuro, en qué voy a trabajar, piensan si va a tener un lugar o qué va a poder hacer. Esto ocurre porque la mayoría de los jóvenes no tienen muchas posibilidades, aspiran a un trabajito en la Municipalidad, en la fuerza de seguridad y el resto qué proyectos puede tener. Si bien ellos cuentan con una asistencia que les da el gobierno que son necesarias y es de ayuda, éstas tienen que ser acotadas en el tiempo, porque pasan los años y no hay proyectos productivos”, cuestionó.
A continuación criticó que “no veo que en Juárez se abra alguna industria algo que puedan decir que van a trabajar ahí donde tengan posibilidad de integrarse”.
“Cuentan con una pensión por ser pobre y ahí se les cierra su futuro, porque a todo esto si le sumas que es aborigen wichí donde en la sociedad todavía existe una marginación, hay una mirada que es incapaz, que no tienen capacidad y eso es mentira, pero si te lo siguen diciendo esto te provoca que termines creyendo”, lamentó el Padre.
Recordó asimismo que “cuando nos visitó un grupo de chicos que viven en las calles de Buenos Aires en recuperación nos contaron que ellos están en la misma situación, porque nos dijeron: ‘a nosotros nos bardean por ser pobre y de la calle y a ustedes por ser indios’. Entonces al ser pobres le ponen en una situación de vulnerabilidad y muy fácilmente podés ser abusado de distintas maneras de poder y que además te usen para lo que quieran».
Finalmente, Rosasco aseveró que “la droga no discrimina, no tiene clases social y se aloja donde hay un dolor que no es cuidado. Hay sustancias disponibles muy fácilmente para que entren en adicción, esto es un problema social que tenemos entre nosotros y hay que atender”.

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