Moria Casán durísima contra Nacha Guevara: «La vi maltratar gente, una avaricia escénica fatal»

En más de una oportunidad, Moria Casán hizo gala y con orgullo de su lengua karateca. La One no se guarda nada y habla de todo, sin esquivar temas ni perderse en ambigüedades. “Para caretearla prefiero no decir nada”, resumió en diálogo con Catalina Dlugi en Agarrate Catalina, donde dio otra muestra de su estilo.
En el ciclo de La Once Diez, la charla paseó, entre otros temas, por su reciente tarea de jurado en el Cantando 2020 que consagró a Cachete Sierra, un preferido de Moria desde su irrupción en el certamen. Casi que fue una patriada de la One, que defendió el carisma participante, mientras recibía los dardos del resto del jurado, integrado por Oscar Mediavilla, Karina La Princesita y Nacha Guevara.
“Desde el primer momento creía en él. Es un chico con mucho talento, y yo no me equivoco: detecté su ángel y que estuvo muy en eje, no se enganchó en ninguna“, dijo Moria del ex Casi Ángeles, que tuvo en el voto del público su otro gran aliado para consagrarse campeón. “Lo eligió la gente, contra la gente no hay academicismos”, señaló Casán.
“¿Con la única que te equivocaste fue con Nacha, que terminaron tan mal?”, preguntó Catalina en relación a las peleas entre divas que fueron en aumento en el último tiempo. “No, la verdad es que yo siento que no me equivoco cuando doy algo, no me arrepiento de haber dado algo, se lo pierde ella. Lo que pasa es que yo pensaba que era una cosa y resultó ser otra totalmente contraria a lo que ella pregona”.
La One precisó que le molestó el comportamiento de Nacha durante La gran depresión, la obra que protagonizaron el año pasado en el Multitabaris. “Vi el desastre que hizo ahí, desde cercenar un libro hasta maltratar gente, echarla, empoderarse ella como directora, una cosa de avaricia escénica fatal”, señaló Moria y dio por terminado el tema con una frase de su sello: “Ya está, fuera de mi vida, guillotina, purpurina, y la tilinguería intelectual a la cañería”.
Moria y Nacha vivieron un año de tensa calma en su tarea como jurados en el Cantando 2020, aunque se sacaron algunas chispas. La más reciente, fue cuando Guevara acompañó a Dan Breitman y Flor Anca con una versión de su clásico “Mi ciudad”, que conmovió a todo el piso menos a la One, que acusó a Nacha de plagiar un tema de Liza Minelli.
Previamente, se habían cruzado cuando Moria se refirió en forma peyorativa a un gesto de Nacha y la atacó por el lado espiritual al llamarla “Mano Chanta”. “No es que molesta lo que dice Moria porque la conozco mucho, pero dejémoslo pasar. Cuando se meten con la chantada de lo espiritual, no es que me hiera, pero…”. Lejos de quedarse callada, Casán la interrumpió: “La imposición de manos es una chantada”. Y Guevara, retrucó: “Que Dios te perdone”. Más adelante, Moria insistió con el tema llamándola Nachopra y generando otro cruce de alto voltaje.
Pero fuera de las peleas, la diva tuvo momentos para celebrar, tanto en el plano profesional como en el personal. Primero, se mostró feliz y emocionada con el reestreno de Brujas, a treinta años de su versión original. Luego, se recordó la historia de adicciones de su hija Sofía, de la que luego de mucho esfuerzo pudo ponerle el cartelito de final feliz.
“Yo sabía que Sofía había entrado en zonas muy oscuras, sabía todo lo que hacía, a escondidas me hice un juego de llaves de su casa, porque ella no quería darme una copia, hasta que un día sirvió que tenga ese juego”, señaló Moria, y prefirió no entrar en más detalles.
Moria contó que no sólo tenía los teléfonos de los amigos de su hija, sino que también tenía el de los padres. Monitoreó todo lo que pudo el comportamiento de Sofía hasta que un día cortaron. “Se pudrió todo, estuvimos un mes sin hablarnos y después me llamó y me dijo que se iba a curar”, recordó.
Este domingo, Sofía cumple años, pero Moria reveló que ella le festeja dos fechas. La otra, la del nacimiento de su nieto Dante, el 7 de diciembre de 2014 cuando casi en simultáneo, le entregaron a su hija el certificado de estar limpia de drogas.
También, para distender tanto enojo y emoción, Moria dejó una definición autorreferencial con todo su sello: no me siento una diva, ni la one,ni lengua karateca: soy un gran puto, la hermafrodita del espectáculo

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