En el documento que las movimientos sociales entregaron al presidente Alberto Fernandez el pasado 2 de junio en la Casa Rosada, la soberanía alimentaria a la que definen como «núcleo de cualquier principio básico de justicia social» está en el primer lugar.
Para eso piden «independizar la producción, transporte y comercialización de alimentos de las cadenas globales de especulación financiera» que a su vez requiere, entre otras medidas «la creación de un millón de chacras mixtas combinadas con la industrialización del campo, planificada y federal».
De acuerdo al documento al que accedió Télam, esa es la premisa para lograr la «soberanía alimentaria regional y capacidad de exportación de alimentos sanos, saludables, con trazabilidad y artesanales, que es lo que la Argentina y el mundo demandan actualmente y a futuro».
Puntualizan que en la logística hay que dar «prioridad» en el abastecimiento a la pequeña producción de cercanía y en el eslabón de comercialización garantizar el «comercio justo» por lo que en el mercado interno «hay que reemplazar al capital concentrados extranjero preponderante en los supermercados, por capital público que garantice el abastecimiento justo».
Añade que en el mercado de exportación de alimentos «es necesario declarar de interés y utilidad pública aquellos sectores económicos que resulten centrales para enfrentar la crisis alimentaria. En este aspecto se impone la necesidad de una empresa estatal con capacidad reguladora de los precios internos».
Gildo Onorato, dirigente de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), explicó que la soberanía alimentaria está en el primer lugar del documento porque «la cuestión alimentaria es central en la Argentina y en el mundo. Se revaloriza el rol del Estado y la producción agroecológica».
Agregó que en el mundo «entró en crisis la industria global y la urbanidad neoloiberal de concentraciones de grandes aglomerados como el conurbano. Por eso pedimos la construcción de un millón de chacras».
