Qué Tipazo nuestro viejo (A Quico Canton – El niño grande)

Querido papá, 17 años han pasado de la carta que más abajo publicamos, hoy, luego de tu partida a la Casa del Padre Celestial, tus hijos, Fito, Carlos, Amado; recreamos éste sentimiento y queremos una vez más hacerlo público, como homenaje a tu dedicación a los niños, y a la amistad, y en vos papá, a tantos hombres y mujeres que en el anonimato, hacen que para cada niño, que será el hombre del mañana; la vida sea más bonita y valga la pena la lucha y el esfuerzo de cada dia.

Con tus 73 años y después de haber pasado por una afección cerebrovascular, sigues con el mismo espíritu de siempre.

Gracias papá por todo lo feliz que nos hiciste en nuestra niñez, por supuesto, con el apoyo de una trabajadora incansable en los quehaceres domésticos, huerta, chacra y el hospital, mamá Chela.

Porque tu vida fue  un homenaje a la niñez de Laguna Blanca, queremos tus hijos, Fito, Carlos, Amado, hacerte también éste homenaje papá por la dedicación que tuviste haciendo hasta lo imposible para que seamos felices nosotros y nuestros amigos, has dedicado a eso  tu vida bohemia, andariega, de una filosofía de vida muy particular.

Recordamos con mucho amor, y una pizca de dejo de nostalgia, aquellos momentos de la infancia en la casona de Laguna Blanca, con un enorme patio, en donde nos hiciste una canchita de futbol, donde jugábamos todos los días; en el galpón nos instalaste unas barras y algunas pesas caseras hechas de hierro y baldes o latas de dulce de batata de 5 k, cargadas de  cemento, colchones y un ring precario, para que hagamos gimnasia y boxeo.

Con el carpintero de enfrente, don Bruno, nos hiciste una mesa de ping pong reglamentaria, todos los niños querían venir a jugar, y venían, la puerta estaba abierta a todos. El tablero de ajedrez y damas  en la mesita debajo del mango, ¿te acordás papá? Gildo  iba a jugar a las damas con vos; y por supuesto el infaltable tereré con yuyo o limón.

Nos formaste y educaste en un ambiente hermosísimo de juegos y deportes saludables….no sabíamos, pero ésto era la verdadera amistad…y después de jugar, a veces te jugabas con helados para todos los mitaí.

Algunos fines de semana nos llevabas a nosotros y a nuestros amigos, que no mencionamos porque nos quedaríamos sin tinta, al campo (Puesto Santa Librada) , 3 horas a caballo, por picadas , montes y bañados, a pescar a la costa del Pilcomayo, a marcar, a cazar,a enlazar terneros, a marcar, señalar  y también domar.

Las bicicletas de carrera que nos armabas, los trompos que nos regalabas a todos, las bolitas, las ondas y que decir de los barriletes…y si algún niño de Laguna Blanca de esa época dice que no hizo bolar un barrilete hecho por vos, simplemente no se acuerda.

Cuanto tiempo, querido viejo, dedicando tu vida incansable a arrancarle  una sonrisa a los mitaí de Laguna Blanca…y hoy a pesar de tu salud, en Formosa o donde quiera que estés seguís haciendo barriletes y vieran ustedes que barriletes…..allí en tu taller casero, casi profesional, enredado en los hilos, el cuchilo afilado para moldear las tacuaras, la tijera, la goma de pegar, que antes era “el engrudo”y los papeles afiches de muchos colores, para todos los gustos; redondos, cuadrados, estrellas luceros, aviones, veleros…!!Que artesano, querido  papá ¡!

Este año papá ya hiciste más de 500 barriletes que distribuiste por el interior y yá tenés 200 más para  repartir a los niños en su día.

No sabemos papá,  y no la culpamos tampoco, si esta generación posmoderna, en esta globalización, con juguetes y juegos más sofisticados y computarizados, podría descubrir y valorar gestos como los que vos haz hecho por los mitaí de aquella época; pero sí te puedo asegurar que la generación de los que ya peinamos canas, al ver esta foto y leer ésto, alguna gota de lágrima ligera de sus ojos puede caer, recordando con nostalgia quizá, a otro Quico Cantón, otro personaje como vos viejito, de otros pueblos.

Cuantos valores nos legaste viejo artesano, fuiste moldeando permanentemente en el barro de tus hijos los valores de amistad, solidaridad, respeto, libertad y por sobre todo amor al prójimo; y  creemos certeramente que los discípulos no superaros al maestro.

Gracias papá por lo que nos entregaste, que fue tu vida a nuestro servicio, y perdoná por las muchas cosas que no aprendimos de vos.

                                                                                 Fito, Carlos, Amado.

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