Mariano Martínez dedicó un tatuaje a su novia, en la pierna que casi pierde en un accidente

Cuando era chico, al actor lo atropelló un colectivo, estuvo muy grave y tuvo que hacer rehabilitación durante años.
Mariano Martínez se hizo varios tatuajes nuevos, entre ellos uno dedicado a su novia, Camila Cavallo. Pero lo más significativo no es el diseño del dibujo, sino el lugar elegido: su pierna izquierda, la misma que casi pierde en un accidente cuando era chico.
«Uno de mis regalos es llevar tu nombre tatuado en un lugar que jamás pensé que me iba animar a tocar otra vez con una aguja. Mi pierna izquierda, para mí tiene un enorme significado. Es de superación, fuerza y amor. Muchos conocen la historia y muchos no. Hoy no es el momento de contar eso. Sí decir que estás para siempre en mi Alma (en alusión al nombre de su hija menor), en mi corazón y también en mi piel. Junto con otros dos que significan mucho para mí y uno para vos también. El nombre de nuestra primer hija Alma», escribió el actor junto con una foto de sus nuevos dibujos.
El actor, que debutó en La Nena siendo adolescente, no suele hablar del accidente que sufrió de niño que casi le cuesta la vida. Incluso recién en los últimos meses dejó ver la cicatriz de su pierna. Hasta hace un tiempo, siempre la tapaba o usaba pantalón largo en las fotos.
«Me pisó un colectivo. Yo salía de mi primera clase de dibujo y el bondi pasó muy rápido. Estaba con unos amigos y cruzaba para comprar leche, intenté esquivarlo, pero me agarró la pierna izquierda. Ni me vio, menos mal que le gritaron para advertirle y frenó. Si no, no estaba acá», contó hace muchos años en diálogo con Gente.
Luego del accidente estuvo internado dos meses y la pierna se le infectó, por lo que su mamá decidió llevarlo al Garraham: «Estuve a punto de morirme. Tenía una gangrena impresionante, una semana más y me cortaban la pierna. Me dijeron que si pasaba a la otra, la infección me llegaba a la aorta y me moría. Fue surrealista, para un nene de 9 años es mucho».
Después de ser dado de alta, tuvo que estar tres años en silla de ruedas y aprendió a caminar nuevamente, lo que lo obligó a dejar la escuela y estudiar con maestras particulares: «Crecí de golpe. Me sentí discriminado. Los chicos son muy crueles y la pasé fea. Me daba vergüenza mostrar la cicatriz, que me atraviesa toda la pierna. Sobre todo a esa edad donde todo gira en torno a ‘las chicas y los chicos’. No quería ir a una pileta, siempre andaba en pantalones largos. Ahora, al contrario, me da orgullo porque es algo superado en la vida».
Una vez recuperado, comenzó a estudiar teatro en Avellaneda, con el fin de vencer su timidez, que él alguna vez contó creía producto de lo que le había pasado, y se presentó al casting de la novela de Valeria Britos y Rodolfo Ranni, La Nena, donde hizo su debut televisivo con el papel de Axel.
La primera escena que tuvo que hacer para la ficción se desarrollaba en una pileta y allí él, al igual que los demás chicos, estaba en malla. «Yo no me quería poner el short. Estaba re nervioso en el vestuario, hasta que le expliqué al productor que tenía una cicatriz. Le dije que no quería que se vea, y lo entendió», recordó alguna vez.

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