No sé en qué mundo viven los que dicen que el interior formoseño no para de progresar cuando la realidad dice otra cosa. En la mayoría de las localidades no hay agua potable y la gente debe andar acarreando o esperando que el camión llene sus tanques. En pleno 2020 y esta situación sigue siendo de lo más «normal». Indignante lo que hacen los políticos.
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