Caso Blas Correas: se conoce el veredicto contra los 13 policías involucrados en el crimen del adolescente

La Cámara Octava del Crimen de Córdoba dará a conocer la sentencia a los 13 expolicías acusados por el crimen de Blas Correas, ocurrido en agosto de 2020.
En la mañana del viernes se realizó la audiencia final en la cual los imputados tuvieron la posibilidad de decir sus últimas palabras. Luego, pasaron a un cuarto intermedio para debatir las condenas.
Por el homicidio de Blas Correas están acusados el cabo 1° Lucas Damián Gómez (37), que según la fiscalía, disparó cuatro balas con su arma reglamentaria contra el coche. Uno de esos plomos fue el que mató a Blas. De igual modo, está acusado el cabo 1° Javier Catriel Alarcón (33), quien disparó en dos oportunidades.
Ambos llegaron al juicio como “coautores de homicidio calificado por haber sido cometido en abuso de su función y homicidio agravado por el empleo de armas de fuego, homicidio calificado por abuso de su función en grado de tentativa reiterado -cuatro hechos, por los amigos del adolescente que iban en el auto con él- y homicidio agravado por el empleo de armas de fuego en grado de tentativa reiterado -cuatro hechos-”.
En tanto, los restantes acusados, todos policías, son Sergio Alejandro González, Wanda Micaela Esquivel, Yamila Florencia Martínez, Walter Eduardo Soria, Enzo Gustavo Quiroga, Jorge Ariel Galleguillo, Leonardo Alejandro Martínez, Rodrigo Emanuel Toloza, Ezequiel Agustín Vélez, Leandro Alexis Quevedo y Juan Antonio Gatica.
Los cargos que enfrentan son de “falso testimonio, encubrimiento por favorecimiento personal agravado por la calidad funcional y omisión de deberes de funcionario público”, ya que se les imputa, entre otras cosas, haber “plantado” un arma para simular un enfrentamiento con los chicos.

Plantó el arma en el auto

En la última jornada del juicio por el crimen de Blas Correas, brindaron las últimas palabras los 13 imputados por el hecho que ocurrió en la noche del 6 de agosto de 2020. Aunque la mirada estaba puesta en lo que dijeran Javier Alarcón y Lucas Gómez, los dos ex suboficiales que dispararon contra el auto en el que viajaba el adolescente, también había expectativa por el discurso de Wanda Esquivel, la agente que plantó el arma en la escena.
Su actuación esa noche era innegable: no solo Alarcón la había señalado como la persona que había tirado el revólver 22 en la zona, sino que también fue captada por las cámaras de seguridad que la mostraban allí. Entre otras pruebas, también se encontró un audio que le envió a su pareja minutos después de lo sucedido: “No sabés lo que te acabás de perder, amor”.
Durante el debate por jurados, la exintegrante del Ejército admitió lo que hizo y aseguró que fue su Alarcón quien la mandó a plantar el arma. “Confesó, ella se hizo cargo. Pero también es real que después de que su dupla disparó, la ‘arrepentida’ estaba mandando un audio a su pareja. Creo que declaró porque no tenía salvación, buscando aminorar la pena”, expresó en diálogo con TN Soledad Laciar, la mamá de Blas.
Cuando le tocó brindar sus últimas palabras antes del veredicto, pidió al tribunal permanecer de pie y dirigirse directamente a la familia Correas: “Los quiero mirar a los ojos a todos. A la mamá, al papá, a los abuelos, a los chicos que estuvieron en el auto, a cada uno. Lamento la muerte de Blas porque si yo pudiera cambiar algo, lo cambiaría aunque no pudiera hacerlo. Les pido perdón y sé que no va a cambiar porque mis condenas van a estar, pero quiero pedir perdón por mi accionar esa noche”.
“Perdón por mi falta. Cambiaría cualquier cosa por haber ayudado a su hijo. Ni yo ni mis compañeros salimos a matar a nadie”, insistió Esquivel.
Después le habló a la mamá de Blas: “Realmente, señora Laciar, admiro todo lo que ha hecho por su hijo y lo que siguen haciendo. Se lo digo mirándola a los ojos, pero me cuesta mantener la mirada porque me da vergüenza”.
“Me dio vergüenza mi accionar, tener que explicarle a mi familia y a mi hija de 7 años lo que estoy pasando o lo que pasó”, sostuvo y agregó: » Si hubiera sabido algo más, lo hubiera dicho en el momento. Yo dije la verdad y no tuve la necesidad de mentir en nada”.
“Dije todo lo que vi y se pudo comprobar todo. Ojalá pueda ser un cambio no solo para la institución policial, porque hay muchos policías buenos y trabajan. Hay que hacer un cambio radical en muchas cosas y ojalá ningún chico vuelva a pasar lo que pasó su hijo. No se lo deseo a nadie. Ojalá puedan superar esto y puedan rearmar su vida”, concluyó.

“No soy un asesino
y no maté a nadie”

Quien inició las últimas palabras fue Javier Alarcón y, ni bien se sentó frente al tribunal, indicó que tenía escrito lo que quería decir. “En primer lugar, no soy un asesino y no maté a nadie. No quise hacerlo tampoco y no ayudé a nadie a matar. En segundo lugar, mi más sentido pedido de perdón a las víctimas y a los familiares de las víctimas”, comenzó el ex suboficial.
Luego, relató lo que vivió ese día y cuestionó las declaraciones de algunos imputados: “El 5 de agosto de 2020 salí al mediodía de mi casa a trabajar y no volví más. No salí pensando en que iba a matar. Cumplí con mis obligaciones como funcionario policial”.
“Estuve cinco segundos en el lugar de los disparos. De los cuatro policías que estábamos en el lugar, soy el único que no había desenfundado el arma. Muchos de los que se sentaron en esta misma silla, que dijeron que estaba mal y se golpearon el pecho, tuvieron más de dos años para pensar qué hacer. Yo solo tuve dos segundos y siempre actué de buena fe”, afirmó.
En ese sentido, continuó: “Cuando mis jefes me preguntaron si había disparado, les dije que sí y me puse a disposición de la justicia. Mis responsabilidades del hecho están muy lejos de lo que me quiere atribuir la justicia. No es justo”.
“Esa es la verdad absoluta. No soy un drogadicto, no soy un alcohólico, no soy un animal, no soy un asesino. Soy una persona corriente que puede tener un error. Les pido perdón a mi familia. Yo también pido justicia. Pude no haber ido al lugar, pero estaba cumpliendo mi trabajo”, finalizó Alarcón.
El segundo fue Lucas Gómez, quien se mostró compungido desde que comenzó a hablar. “Realmente quiero pedir perdón. No fue mi intención querer quitarle la vida a nadie, eso mi Dios lo sabe. Realmente pedir que me sepan comprender de que no tuve la intención ni atentar contra nadie”, dijo.
“Hace 27 años creo en Dios y hace dos años y meses que le vengo pidiendo para que les dé la fuerza suficiente para seguir adelante. Pido perdón a toda la sociedad, a mi familia. A ustedes, a los jóvenes que acompañaban a Valentino, que Dios los bendiga y les dé fuerza”, repitió, con la voz quebrada.
Una vez que hablaron todos los imputados, el juez pidió un cuarto intermedio hasta la tarde para poder debatir. A la salida, Laciar le contestó a los dos policías: “Sentí desilusión. Parece que todos estamos locos y que la justicia los puso presos por equivocación. Lamento que siga este silencio rotundo en la policía y que sigan creyendo que el silencio es la mejor arma”.

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