Castagneto rechazó críticas a percepción del IVA y dijo que los precios «no tienen por qué aumentar»

El titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Carlos Castagneto, rechazó los cuestionamientos formulados a la nueva modalidad de percepción del Impuesto al Valor Agregado (IVA) que comenzará a aplicarse el 1° de abril, sostuvo que no representa un aumento encubierto de la alícuota y en consecuencia los precios de los productos alcanzados «no tienen por qué aumentar».
En una entrevista con Télam, Castagneto atribuyó las críticas a «un sector político» que no identificó, pero del que dijo que propone que «no tiene que estar más el Banco Central y no se tienen que pagar impuestos», lo que implicaría «la desaparición del Estado».
Asimismo, sostuvo que el pago del IVA es «muy bajo» en relación con el tamaño de la economía y que la nueva percepción ayudará a «aumentar la cantidad de contribuyentes» y ayuda a generar un sistema impositivo «más justo y equitativo».

La decisión sobre el IVA
El 10 de febrero, la AFIP emitió la Resolución General 5329, que dispuso que a partir del 1° de abril se aplicará una percepción del 3% del IVA en ventas de alimentos (con excepción de carnes, frutas y hortalizas), bebidas, productos de higiene personal y de limpieza, con una alícuota del 3% «sobre el precio neto de la operación que resulte de la factura o documento equivalente».
La medida fijó como piso de esa percepción un monto de $ 60, de lo que se desprende que alcanzaría a las ventas de $ 2.000 o más.
Luego de una serie de reclamos, entre los que se destacó el de la Federación Argentina de Consejos Profesionales de Ciencias Económicas (Facpce), la AFIP modificó la norma por medio de la Resolución General 5334 del 21 de marzo, que elevó el monto a $ 3.000, de manera que el nivel mínimo de ventas pasó a ser de $ 100.000.
«No incrementamos el IVA como está circulando por ahí, no podemos incrementar un impuesto», subrayó el titular de la AFIP, en referencia a quienes sostienen que la percepción implicaría un aumento encubierto de la alícuota del 21% al 24%.
Castagneto agregó que tenía «la firme convicción de que en distintas actividades el pago del IVA es muy bajo» y que se decidió «empezar por la parte alimenticia» para aplicar la percepción.
También remarcó que con la medida «no se tiene por qué aumentar (el precio de) los alimentos, porque cuando uno compra leche o fideos ya tiene el IVA adentro».
«Lo que hacemos es adelantar, la percepción es un pago anticipado del IVA hasta el momento de la declaración jurada, que en unos casos es mensual y en otros trimestral», indicó al tiempo que señaló que «en este momento de crisis de la Argentina y del mundo, lo que queremos es una colaboración de parte de los empresarios en aquellos productos que no cambian de su condición».
Al respecto, explicó -sólo a modo de ejemplo, porque la percepción no se aplica a hortalizas- que «si yo vendo tomates y vuelven tomates, ahí va la percepción, pero si el tomate se lo usa para una pizzería, no se aplica», tal como se indicó en la reforma al artículo 8 de la resolución general, al aclarar que la medida alcanza a quienes «adquieran y comercialicen -sin transformación alguna-» alimentos, bebidas, productos de higiene personal y de limpieza.
La otra modificación fue la de elevar el monto de percepción de $ 60 a $ 3.000, lo que implica una venta de por lo menos $ 100.000, «con lo cual los almaceneros quedarían afuera», aseveró.
La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) busca completar una trazabilidad que analice toda la cadena comercial de una actividad determinada, con el objeto de reducir los niveles de evasión y elusión impositiva «que rondaría del 30% al 35%», confió el titular del organismo, Carlos Castagneto.
«Queremos tener una trazabilidad por actividad, algo que está faltando en la Argentina», expresó Castagneto en una entrevista con Télam, además de señalar que «hasta ahora, no se trabajó una trazabilidad desde el origen hasta el consumidor final o hasta el último actor de una cadena comercial».
En consecuencia, advirtió, «aparecen ‘baches’ en los que la gran empresa paga, la intermedia no paga o paga poco y después no traslada eso a la más chica, o viceversa».

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