El acuerdo del peronismo movió la oferta electoral hacia la derecha y compiten cinco candidatos promercado

Sergio Massa supo construir una relación más fluida con los empresarios, el FMI y el gobierno de los Estados Unidos. Ahora enfrenta el desafío de contener a los sectores más duros del kirchnerismo durante la campaña.

El acuerdo del peronismo que sobre el cierre de listas para las PASO ungió a Sergio Massa como el candidato de la unidad dejó una certeza que incomoda a los sectores más duros del kirchnerismo: los cinco postulantes mejor posicionados de cara a octubre son decididamente “pro-mercado”.

Ya estaban en carrera Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, Javier Milei y Juan Schiaretti. Con la fórmula Sergio Massa-Agustín Rossi de Unidos por la Patria se confirmó la tendencia: la oferta electoral se volcó hacia la derecha. Ya nadie pone en duda el derecho de propiedad; y el ministro de Economía es el dirigente del PJ que supo construir una relación más fluida con los empresarios, el mercado, el FMI y el gobierno de los Estados Unidos.

El tigrense no tiene pensado renunciar para dedicarse a la campaña. No puede hacerlo: su discurso -y propuesta- es la gestión. Massa no tiene que salir a hacer campaña contra otros; sino demostrar quees el único que puede impedir que “explote” la economía. “Es él o el caos”, advierten en los pasillos del Palacio de Hacienda.

Otro de sus grandes activos es el gasoducto “Néstor Kirchner”, que hizo construir en tiempo récord y será clave para sacar provecho de Vaca Muerta.

Massa y Cristina, los arquitectos de la estrategia electoral de Unión por la Patria. (Foto: Télam)
Massa y Cristina, los arquitectos de la estrategia electoral de Unión por la Patria. (Foto: Télam)

Esta situación genera un evidente problema para La Cámpora y el resto el kirchnerismo duro, históricamente vinculados a la izquierda. Ante la ruptura de Juan Grabois, quien intentará mantener viva la ideología K en la fórmula es Agustín Rossi.

El jefe de Gabinete, pese a ser un delegado del albertismo y no ser considerado como Cristina Kirchner como uno de los suyos, aclaró este fin de semana: “Siempre me he sentido y me definí como kirchnerista”. También hizo referencia a la necesidad de restablecer la ley de Medios, una vieja proclama ultra K.

Además, claro, Massa se vio obligado a incorporar en las listas a algunos camporistas para aglutinar el voto duro de todo el espacio. El ministro de Economía defiende la teoría del 30%, ya que siempre sostuvo que era necesario ser el candidato único del espacio.

Esta determinación no tiene que ver solamente con llevar adelante una gestión económica extremadamente difícil, sino también porque lo coloca en los títulos del domingo 13, cuando terminen las PASO: Massa, que no dividirá votos con nadie en su espacio, será el primero o segundo más votado.

Del otro lado, en la oposición, tendrán en los próximos meses el desafío de mostrar que Massa representa la “continuidad” de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, y por lo tanto, el caos económico.

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