El entierro de Goldy fue sin familiares ni amigos y Mirtha no pudo ir a despedirse

Goldy Legrand, actriz y hermana gemela de Mirtha, murió este viernes a los 93 años en su casa en Martínez, provincia de Buenos Aires, según confirmó a Teleshow Marcela Tinayre, la hija de la diva.
Todavía no trascendieron las causas del fallecimiento, pero fuentes cercanas a la familia contaron a este medio que María Aurelia Paula Martínez Suárez, tal era su verdadero nombre, se fue a dormir la siesta y no volvió a despertarse. Se encontraba bien de salud y se descarta que tuviera coronavirus.
Mirtha Legrand ya había atravesado un momento de profundo dolor recientemente con la muerte de su hermano, José Martínez Suárez. El cineasta falleció el 17 de agosto pasado a raíz de una neumonía.
Goldy y Mirtha nacieron el 23 de febrero de 1927, hijas del matrimonio integrado por José Martínez y Rosa Suárez, docente en Villa Cañas. Ellos no eran papás primerizos, 16 meses antes había nacido José, el varón primogénito, pero la llegada de gemelas fue todo un acontecimiento. Eran tiempos donde no existían ecografías que anticiparan sexo de niños y mucho menos partos múltiples. La madre siempre les contaba a sus hijas que supo que tendría gemelas el mismo día del parto cuando la partera le dijo: ‘Otro esfuerzo, doña Rosa, que viene otro’ y que el padre al enterarse casi se desmayó.

No hubo cortejo
fúnebre, tampoco coronas

Habrá que reformular el modo en el cual se afronta el duelo de un ser querido, en caso de que su dolorosa partida se produzca en estos días de cuarentena total y obligatoria. Porque hasta ese punto nos llevó el coronavirus. Y es que las medidas previstas para evitar la propagación del COVID-19 también se aplican a velatorios y entierros: apenas unas pocas personas son autorizadas a acercarse al lugar para dejar una flor, unas palabras, su último adiós.
Este sábado los restos de Silvia Legrand -la querida Goldy- encontraron su morada eterna en el cementerio Memorial, de Pilar. Y su hermana gemela, Mirtha Legrand -su adorada Chiquita- no pudo estar allí. Tampoco su sobrina, Marcela Tinayre, ni sus hijos, Juan y Nacho Viale. Lo mismo sucedió con el resto de su familia. Y con los amigos que tanto la querían, como Susana Giménez (“Eramos familia», contó ayer, desolada). En un mediodía de otoño en los que por momentos asomó el sol, una hermosa alegoría para quien tanta luz brindó a quienes tuvieron el enorme privilegio de conocerla, esta mujer de mirada y gesto amables fue despedida con un puñado de testigos: su yerno, Alfredo Solari, con su hijo Santiago, y dos empleados de la cochería, empleando barbijos, antiparras protectoras y guantes.
En un momento, su yerno tomó un teléfono celular. Y junto al cajón, realizó una videollamada. Se desconoce quién se encontraba del otro lado. Tal vez las hijas de Goldy, Gloria y Mónica. Puede ser Mirtha. O quizás, la familia entera, participando de esa despedida virtual, una de las pocas alternativas que nos brinda esta época regida por el desamparo.
María Aurelia Paula Martínez Suárez, tal el verdadero nombre de Goldy, tenía 93 años. Este viernes 1 de mayo se acostó a dormir la siesta en su casa de Martínez, como cualquier otro día. Y ya no despertó. Gemela de Mirtha, era hermana menor de José Martínez Suárez, el prestigioso cineasta que falleció el 17 de agosto pasado debido a una neumonía.
Goldy y Chiquita nacieron el 23 de febrero de 1927, en Villa Cañas, Santa Fe. En época donde no existían las coreografías, su madre -la docente Rosa Suárez- supo que tendría gemelas el mismo día del parto. La bebas eran idénticas, claro, aunque con un detalle: una pesaba varios gramos más que la otra. A los siete años la familia se instaló en Rosario. Pero tras la muerte de don José Martínez, el padre de los tres hermanos, en 1937 se mudaron a Buenos Aires.
Allá por su adolescencia, Silvia y Mirtha comenzaron juntas en el espectáculo. Fue después de que el representante Ricardo Cerebello decidiera que las hermanas actrices debían prescindir de aquel Martínez tan habitual en estas latitudes por un Legrand más distintivo. Sin embargo, en 1944 Goldy se alejó del mundo artístico tras conocer a quien sería su marido: el militar Eduardo Lopina, con quien -lo dicho- tuvo dos hijas.
Con su tempranero retiro los flashes quedaron dirigidos entonces sobre la figura de su hermana. Quienes las recuerdan de aquellos años dorados del cine hablan de una extraordinaria belleza compartida por ambas, de un mayor talento en Goldy, de un carácter tenaz y decidido en Chiquita. Pero pocos comprenderán la dimensión de que ambas se sabían una sola. Y desconocerán así que, desde ayer, Mirtha ya no cuenta con una parte esencial de sí misma.
Pero ni siquiera pudo estar allí para darle un último beso a su adorada Goldy. Aunque la naturaleza hizo justicia, brindándole por momentos un mediodía soleado a quien fuera la luz de sus ojos.
En 2018 Mirtha Legrand cumplió medio siglo al frente de su programa y lo celebró con una emisión especial, que contó con la visita de varias figuras y sorpresas de todo tipo. Su hermana gemela, Goldy, que murió este viernes a los 93 años, solo fue en dos ocasiones al ciclo conducido por la Chiqui. Y en aquella oportunidad, si bien no se hizo presente, la dedicó un emotivo mensaje a la diva, quien no pudo evitar las lágrimas.
Soledad Pastorutti, una de las invitadas al programa, le anticipó a Mirtha: “Creo que vas a vivir una de las emociones más fuertes de la noche. Dijiste que tenías una relación muy especial con tu hermana. Creo que puedo entenderlo, yo también tengo una hermana…” La diva no podía ocultar su cara de sorpresa. Nunca se imaginó que Goldy, alejada hace tanto tiempo de los medios, participaría de esa noche especial.
En el video se escuchaba la voz de Goldy, leyendo una carta que redactó especialmente para la Chiqui. “Querida hermana -comienza la grabación-, en estos 50 años, quiero expresarte algunas cosas. Y temo sinceramente traicionar mis sentimientos y mi imparcialidad”.
“Eres un ser único e irrepetible. Cuando a veces decís que has dado tu vida al público, es verdad. Agreguemos tus largos años en cine. Empezaste a los 11 años y no has parado hasta hoy. Haciendo honor a tu personal elegancia, proverbial elegancia, tus verdades, tus convicciones, no en vano sos tan amada. Como hermana tengo orgullo por tus logros y por el cariño y el respeto mutuo. No quiero ocupar más tiempo, Chiquita, en este homenaje. ¿Qué te parece si me despido con la poesía esa que tanto nos gusta a las dos, e invoca a nuestro querido pueblo?”, dijo.
Y citó la poesía: “Mi vida fue de día y en enero, al aire libre, bajo un sol redondo, encendido en la sombra de un macondo feliz, santafesino y chacarero. El murmullo era el sonido de aquel piano y un pequeño carnaval de fondo. Andábamos corriendo por el fondo con una mandarina en cada mano. Qué más puedo pedirle a la alegría si la vida era una vuelta a la manzana y nadie… estaba muerto todavía”.
Concluyó Goldy: “Mil gracias por tantos años de trabajo, de trabajos inolvidables. Y por regalarnos tu finura y tu delicadeza. Y no sigo porque la emoción no lo permite. Chau, hermana, te quiero”.
Invadida por la emoción, Mirtha no podía creer que su hermana, que tan solo había ido en dos oportunidades a su programa, haya participado de ese día tan especial. Se tomó la cara, se secó las lágrimas y dijo: “Me tomó de sorpresa. Nunca sale Goldy, nunca. Nos queremos tanto, somos gemelas…”
Y reveló el origen de sus respectivos apodos: “Ella me comía, por eso me dicen Chiquita. En la panza de mamá me comía todo. Yo nací con 1.200 kilos, por eso Chiquita, y ella era la gordita. Éramos tan idénticas de chicas que papá nos sentaba a cada una en sus piernas y nos decía: ‘¿Quién es mi chiquita y quién es mi gordita?’ Éramos idénticas. Ella es parte de mi vida. Es mi hermana, mi madre, mi todo. Goldy, para vos, todo mi amor querida”.

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