Marisa Colimán, de 44 años fue asesinada de 35 puñaladas en su vivienda de la localidad rionegrina de Luis Beltrán por Nicolás Ezequiel Medina (21), un joven formoseño que era amigo de Oscar Kuhn (18), uno de los cinco hijos de la víctima, al que también atacó a puñaladas tras cometer el crimen.
Carlos, hermano de Marisa contó al Grupo de Medios TVO el lamentable hecho ocurrido alrededor de las 2.30 de la madrugada del domingo 23 de julio. «El chico trabajaba con uno de mis hermanos. Fue a la casa de mi hermana y dejó escondida la moto a 150 metros de lado de un desagüe, por lo que sospechamos que algo estaba tramando. Ella estaba durmiendo y a los cinco minutos llegó mi sobrino y le pide para quedarse en la casa él le dice que sí que no tenía problema y que iba a tirar un colchón en el piso».
«Luego el chico le dice que le invitaba una cerveza pero que vaya a comprar, entonces mi sobrino agarra la bici y se va en donde demora aproximadamente unos 9 minutos, que es lo que pudimos observar por las Cámaras de seguridad de los vecinos y ahí fue que el joven mató a mi hermana», dijo.
Añadió que «cuando llega mi sobrino empieza a llamarlo y él lo ataca directamente, le dio cinco puñaladas en la cabeza, le corta los dedos, mi sobrino alcanza a escapar y fue a pedir ayuda a la estación de servicio que está a 50 metros».
Según las fuentes, el agresor utilizó un cuchillo tipo Tramontina y la atacó sobre la cama, tras lo cual la mujer intentó escapar de la vivienda pero una vez afuera recibió más puñaladas que le provocaron la muerte.
«Le metió más de 30 puñaladas, dos garrotazos en la cabeza. Cuando llega mi sobrino empieza a llamarlo y él lo ataca directamente, le dio cinco puñaladas en la cabeza, le corta los dedos, mi sobrino alcanza a escapar porque le mordió una tetilla y fue a pedir ayuda a la estación de servicio Puma que está a 50 metros», relató Carlos.
Además contó que Medina -único sospechoso- huyó del lugar pero a la hora fue detenido por la Policía en su domicilio.
