La nueva vida de Matías Alé en Carlos Paz: «Cambié el teatro por preparar sushi en mi restaurante»

En un verano atípico, el actor se bajó e las tablas y emprendió un nuevo proyecto: junto a dos socios puso un restaurante de sushi y allí pasa las noches, recibiendo a los clientes. Además, hace radio y tevé local.
Comenzó a proyectar su vida en las sierras hace más de diez años y esta vez el sueño se le cumplió. Hace algunos meses, Matías Alé (45) armó sus valijas, se despidió de Buenos Aires y se instaló en Carlos Paz, una ciudad que quiere mucho y en la que puede trabajar y vivir como él quiere. En un verano atípico, ya que decidió no hacer teatro, el actor se reparte entra la televisión, la radio y un emprendimiento gastronómico que lo tiene más que entusiasmado. ¿De qué estamos hablando? Alé se asoció para estar al frente de un local de sushi, que todas las noches lo tiene ahí pendiente, ocupado y feliz de poder agasajar a los clientes que van a visitarlo. “Es una nueva vida para mí y estoy chocho con este presente”, reflexiona Matías y recibe a Pronto en su reducto en la villa turística para hablar de todo.
-Hace muchos años; más de diez te diría. Cuando pisé por primera vez Carlos Paz, que fue cuando Graciela hizo El boom de la Alfano, me encantó y luego volví a hacer mi primera temporada como actor con la obra Beoing Boeing. Me fascinó todo y es un lugar en el que estoy feliz. En esta nueva vida en las sierras estoy feliz porque nunca imaginé que se iba a concretar todo lo que proyecté tan rápido y todo junto.
-Vayamos por partes. Estás en tele.
-Sí. Este verano estoy haciendo la conducción de vuelta del mismo programa que el año pasado hice para Salta, desde el Hotel Mónaco. Se llama Verano total y sale en Salta, Jujuy, Tucumán, Mendoza, Misiones y me encanta. El año pasado teníamos móviles en Mar del Plata, Punta del Este, Salta, Jujuy. Es un programa muy bien producido y este año volvimos con todo. Es un ciclo diario que va de 14.30 a 16. Y a la mañana estoy haciendo radio de 10 a 13 en Córdoba Capital, con Joel Rossi que es un amigo y un gran conductor de acá.
-¿Tenés que viajar?
-En diciembre estuve viajando todos los días de Carlos Paz a Córdoba a trabajar y por eso me levantaba a las 7 de la mañana, cosa que no hacía desde el secundario. El edificio de Ideas HD es divino y ahí funciona la productora de Hernán Domínguez, que es mi jefe y la persona que me contrató. Lo bueno es que por enero estoy al mando de la conducción del programa porque mi compañero se tomó vacaciones y quedé al frente, desde pleno centro de Carlos Paz que es la esquina en la que hacía los móviles en su momento para Desayuno americano con Pamela David. Ahí me montaron un estudio y la gente viene, se acerca, regalamos alfajores, premios y la pasamos increíble.
-Qué verano intenso, ¿no?
-Sí, con muchas cosas pero no me quejo porque es lo que siempre quise hacer. Pensé que me iba a venir a relajar y estoy a pleno. Justamente anoche hablaba de eso con mi vieja, a quien llamo todas las noches antes de irme a dormir. Me estoy acostando un poco tarde porque a la noche voy a local del sushi y me lleva su tiempo también.
-¿Cómo surgió eso?
-Allá por el mes de febrero, una franquicia que se llama Sushi Flower de Maxi Cardone nos traía sushi al teatro. Estábamos con la obra Mi mujer se llama Mauricio y entre función y función, nos traían sushi. Pegué muy buena onda con Maxi, que es el dueño de la franquicia y le va tan bien que abrió un local en Málaga, España. El había escuchado una nota que le hice a Pablito Layus en el verano y en la que yo comentaba que tenía la sensación de que me iba a venir a vivir a Córdoba. “Me encantaría ponerme un chiringuito, un café, una heladería y quedarme acá”, decía. Salió la nota y al día siguiente vino Maxi, el dueño de la franquicia y me dijo: “Quiero que pongamos un sushi juntos”.
-¿Así fue?
-Tal cual te lo estoy contando. Me presentó a la familia Blanco, que son mis socios actuales, y abrimos un local hermoso para 170 personas. Yo voy todos los días, atiendo el teléfono, encargo los pedidos, la cadetería. Me ocupo de todo. Es más, soy una especie de Mickey Mouse porque la gente viene a comer al local y me pide fotos. La pasamos bien y yo saludo de mesa en mesa como si estuviera en un cumpleaños de 15.
-Sos empresario gastronómico.
-Sí, algo así y para mí es un universo nuevo. Se me dio todo junto y trato de quedarme hasta el cierre del local pero como me levanto a las 7 de la mañana para ir a la radio, se me complica a veces. Necesito descansar pero sí, estoy re contento con todo lo que me está pasando. ¡Pensar que me vine a Carlos Paz para estar más tranquilo y no paro un minuto! Porque el local de sushi a las 19.30 el que lo abre soy yo.
-¿En qué momento descansás?
-A la tarde, después de la tele tengo un ratito así que me voy a mi casa, me pego una ducha y me acuesto a una siesta de una hora. No bien llegué a Carlos Paz, viví en un complejo pero después me mudé adonde estoy viviendo ahora, que es un departamento más cerca del centro y no en las afueras, como viví al principio.
-¿Abandonás la actuación?
-No, eso jamás. Simplemente este verano decidí no hacer teatro porque iba a ser imposible con los horarios y no me coincidía hacer teatro y atender el restaurante. No es que abandono la actuación sino que la pongo en pausa por este tiempo. Cuando salió la posibilidad de hacer el sushi, supe que no iba a poder hacer teatro porque eso implica entrar a las 7 de la tarde y salir de actuar a las 2 de la mañana. Este verano, además, quise tener alguna noche libre para poder ir a ver a los chicos de La Konga, La Berisso, el oficial Gordillo, Pedro y Paula y a otros amigos que están haciendo temporada. El local de sushi está donde empieza la costanera, cerca del puente Uruguay y el casino.

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