El Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar en Chile, el más importante de América Latina, se estrenó este domingo en medio de violentas protestas convocadas en el marco de la crisis social desatada cuatro meses atrás.
Armados con piedras, palos y bombas molotov, miles de manifestantes marcharon a la Quinta Vergara, un parque en el que desde hace 61 años se realiza este festival en el balneario de Viña del Mar (a unos 120 kilómetros al oeste de Santiago).
La Policía les cortó el paso con un fuerte operativo de seguridad que incluyó un helicóptero y un globo con cámaras de vigilancia. Los agentes los repelieron con autos bomba y gases lacrimógenos, según constató un periodista de la AFP.
«Vándalos y delincuentes están tratando de hacer daño a cuatro cuadras del ingreso del festival, pero acá todo está tranquilo», dijo Jorge Martínez, intendente (gobernador) de la región de Valparaíso, al canal de noticias estatal 24 horas.
Los manifestantes, al verse contenidos por agentes antidisturbios, atacaron locales comerciales ubicados alrededor del festival e incluso al emblemático hotel O’Higgins, uno de los más antiguos y elegantes de Viña del Mar, donde por años se hospedaron los más importantes artistas que actuaban en el festival y que actualmente hospeda a parte del jurado de la competencia internacional, bailarines y profesionales de la prensa.
Decenas de encapuchados lanzaron piedras y rompieron los enormes ventanales del frente del edificio, tiraron bombas molotov y gases lacrimógenos de la Policía al interior del vestíbulo. También quemaron al menos siete vehículos.
El hecho provocó pánico entre los pasajeros, el personal del hotel y algunos equipos de prensa que cubren el festival. El humo de las bombas lacrimógenas que cayeron el lobby subió a los pisos de arriba provocando la huida de la gente.
Según el balance de las autoridades, hasta la medianoche hubo entre 13 y 15 detenidos por saqueos, desórdenes y desacatos. También hay 23 carabineros heridos.
El público del festival pudo ingresar tres horas y media antes del inicio del show tras sortear dos vallas de seguridad montadas en al menos cuatro cuadras alrededor de la Quinta Vergara. La gente ingresó con apuro, la mayoría de ellos esperando ver a Ricky Martin, una de las estrellas más esperadas en Viña.
El puertorriqueño manifestó ante la prensa su apoyo a las protestas a las que calificó como «importantes» para «dejarle saber a los líderes de nuestros países qué es lo que necesitamos, siempre que lo hagamos de manera ordenada».
«Que Chile sirva como efecto dominó para todas las partes del mundo, donde hace falta que se nos escuche», aseveró Martin.
Aunque Ricky pudo presentarse como estaba contemplado, el cronograma del festival surgió algunos cambios de último momento. El dúo de hip hop Tiro de Gracia y el cantante Jordan no pudieron participar, ya que -de acuerdo a los organizadores- prefirieron resguardar su seguridad y no salieron del hotel O’Higgins.
Sus shows se reprogramarán «en la medida que las condiciones lo permitan».
Además, se postergaron las competencias internacional y folclórica, que comenzarán este lunes.
Chile vive un clima de tensión social desde el año pasado, cuando por el alza de tarifas del metro en Santiago se desataron numerosas manifestaciones. Hasta el momento murieron 31 personas.
