Ribeiro pierde $800 millones mientras negocia para evitar el default

La cadena de electrodomésticos Ribeiro continúa maniobrando para no entrar en default y en este marco se comprometió a presentar antes del 31 de marzo un plan para reestructurar su deuda que supera los $940 millones. En tanto, las noticias que llegan de su último balance semestral cerrado en diciembre pasado no son para nada alentadoras ya que acumuló un resultado negativo de poco más de $800 millones.

La firma de capitales argentinos y dedicada la venta de electrodomésticos está atravesando una complicada situación financiera, prácticamente calcada a la que viven sus competidoras como Musimundo (Carsa) y Garbarino, entre otras empresas de retail.

La venta de artículos para el hogar y tecnología cayeron más del 50% durante los últimos 18 meses y junto a la falta de financiación y la megadevaluación de la moneda terminaron por llevar prácticamente al abismo a las cadenas de electrodomésticos.

En el caso particular de Ribeiro desde hace varios meses viene intentando sortear esta profunda crisis y en este marco cerró 20 de sus sucursales y presentó un plan preventivo de crisis ante el Ministerio de Trabajo durante el año pasado.

Nada fue suficiente y eso se evidencia no sólo en los resultados de su último balance parcial por el período de seis meses cerrado en diciembre pasado, sino también en los registros de la central de deudores del BCRA. A la fecha la compañía ostenta 267 cheques rechazados por un total de $269 millones. Además, su deuda bancaria asciende a $947,4 millones, el 9% está categorizada en situación 3 (con problemas) y el 23% en situación 2 (con seguimiento especial).

En este contexto, ejecutó un fuerte recorte en su estructura de operaciones y solicitó a los bancos de acreedores más tiempo para presentarles un plan de pago que incluiría quita de deuda o cesión de capital social y hasta mandato de venta. Además, Ribeiro aún conserva un as bajo la manga y son sus activos inmuebles y así lo adelanta en la memoria de su balance: “La sociedad mantiene en propiedad y libres de gravámenes inmuebles comerciales por un valor de $692,5 millones. Durante el ejercicio iniciado en julio 2019, el directorio ha dispuesto iniciar gestiones, y evaluar estructuras alternativas para obtener financiación adicional garantizada con propiedades o eventualmente disponer de algunas de esas propiedades para contar con alternativas de fondeo adicional en caso de que las fuentes actuales se vean restringidas dada la coyuntura”.

En cuanto al futuro de la empresa, su directorio es al menos cauto porque mucho depende de que sus acreedores acepten el plan de pago que presentaría en las próximas semanas y así lo detalla: “Actualmente el directorio se encuentra revaluando junto con sus asesores las proyecciones económicas y financieras de corto plazo, así como evaluando y definiendo un plan medidas alternativas. No obstante, estas continúan afectadas por las condiciones de incertidumbre presentes en la actualidad y que afectan a todos los actores del mercado en el que opera la Sociedad. No es posible en estos momentos prever la evolución de los procesos y acciones hasta aquí iniciados por la Sociedad, teniendo en cuenta que su resultado dependerá de un proceso de negociación con terceros, y de la recuperación oportuna de las condiciones de mercado”.

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