Schiaretti confirmó que pagará los vencimientos de deuda el mes próximo

El gobernador de Córdoba almorzó durante casi dos horas con el ministro del Interior, pero no estuvo con Alberto Fernández. Viene reclamando una deuda de la ANSES con la Caja de Jubilaciones provincial por más de 2.000 millones de pesos.


Era uno de los pocos gobernadores que todavía no habían tenido su reunión cara a cara con el ministro del Interior. Pero en su entorno hicieron circular que, a pesar de la demora, es el primer mandatario en poco más de un mes de gobierno al que Eduardo “Wado” de Pedro invitó a almorzar: bife con ensalada, frutas y café.

Juan Schiaretti no se vio con Alberto Fernández en las casi dos horas en las que estuvo en Casa Rosada, al mediodía de este martes. Pero sí conversó un rato con Máximo Kirchner, el jefe del bloque del Frente de Todos en Diputados, que después subió al primer piso a definir la agenda parlamentaria junto al Presidente.

“Fue una buena y cordial reunión de trabajo. Repasamos todos los temas de la agenda bilateral y resolvimos avanzar con los ministros de cada área”, explicó brevemente el gobernador un rato después del almuerzo en un audio filtrado por sus colaboradores y a través de su cuenta de Twitter.

Con la visita del cordobés al despacho de De Pedro, sólo Gerardo Zamora quedó como el único que no tuvo su reunión a solas con el ministro, que durante este mes recibió a buena parte de los mandatarios, una tarea que comparte por momentos con el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. En todos los casos, escuchó de boca de los propios gobernadores un pedido de auxilio financiero: son muchas las provincias que tienen sus arcas seriamente complicadas.

Schiaretti había tenido un rol oscilante durante la campaña. De muy buena sintonía con Mauricio Macri, primero avanzó en la conformación de Alternativa Federal junto a Miguel Ángel Pichetto, Juan Manuel Urtubey, Roberto Lavagna y Massa, mucho antes de que el líder del Frente Renovador empezara a aceitar sus vínculos con el Frente de Todos.

Córdoba, una de las provincias de mayor incidencia electoral en el mapa nacional, fue producto de la disputa entre Macri y Fernández, que aterrizó en ese distrito en reiteradas oportunidades para tratar de recomponer la relación, que había quedado severamente dañada desde la administración de Cristina Kirchner. Alberto Fernández ya había dejado el gobierno cuando el vínculo entre la Nación y la Provincia terminó de quebrarse.

Las exigencias de Lavagna, el acuerdo al final sellado entre Massa y el Frente de Todos y la polarización entre Cambiemos y el kirchnerismo dejaron al PJ Federal herido de muerte. Y a Schiaretti, que fue reelegido por amplia mayoría a mediados de mayo –su espacio incluso le arrebató la capital a la UCR–, prescindente al menos públicamente de cara a las primarias de agosto y las generales de octubre.

El vínculo entre Córdoba y el gobierno central tuvo este mes algunos chispazos. Por ejemplo, en el tironeo por la figura de Carlos Caserio, el senador del PJ provincial que no quería formar parte del bloque del Frente de Todos en la Cámara alta, que pretendía armar una bancada paralela por su resistencia a la figura de la ex presidenta y que fue tentado en esa línea por el Presidente para sumarse al Ministerio del Transporte. No hubo ni bloque aparte. Ni Ministerio.

Colaboradores del ministro del Interior le restaron importancia al hecho de que el cordobés haya sido el último gobernador en visitar a De Pedro. Schiaretti sí había estado presente en la firma del nuevo acuerdo fiscal de mediados de diciembre. Destacaron, en ese sentido, que en esos días sí había tenido fluidas conversaciones con el ministro, y que había tenido un rol no menor en esas negociaciones.

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