Sebastián Estevanez: «Soy feliz con la vida que me tocó, estoy contento y agradecido»

A horas del estreno de “Separadas”, uno de sus protagonistas habló con Infobae en Punta del Este. Un repaso por la vida de uno de los galanes más cotizados de la televisión argentina: los comienzos de su carrera, la paternidad, la idílica relación con su mujer Ivana Saccani -que siempre supo mantener bien lejos de los escándalos mediáticos- y su ferviente deseo de que al país le vaya bien.
A horas del estreno de “Separadas” -la nueva tira de Polka con un elenco conformado por Celeste Cid, Marcela Kloosterboer, Agustina Cherri, Mónica Antonópulos, Julieta Zylberberg, Gimena Accardi, Julieta Nair Calvo, Mariano Martínez y Sebastián Estevanez, entre otros actores de primera línea- Infobae entrevistó en Punta del Este a uno de sus grandes protagonistas. En una charla imperdible -por momentos profunda y, por otros, muy divertida- Sebastián Estevanez repasa su vida y su carrera.
-¿De qué se trata “Separadas” y qué expectativas tiene para esta nueva tira?
Hace más de un mes que estoy grabando y estoy muy contento. Hay muy buena onda con todo el equipo y con mis compañeros. Ya nos juntamos y ahora nos vamos a volver a juntar en la casa de Mariano (Martínez). Con la mayoría ya trabajé, así que hay muy buena energía. Me gusta mi personaje. Se llama Miguel, es un albañil que se la rebusca como plomero, electricista y pintor. Es noble, buen tipo, alegre, y se relaciona con el personaje que interpreta Mónica Antonópulos, porque va a trabajar en el departamento contiguo al que ella vive. Es un elenco espectacular, la estamos pasando muy bien. Adrián (Suar) me dijo que ya había visto algunos capítulos y que le encantaron, así que eso me dio una tranquilidad extra. Estoy contento por trabajar en Polka y con este gran elenco.
-¿Cómo empezó su carrera de actor?
El clic lo tuve cuando era chico, a los 12 o 13 años, cuando trabajaba de boletero en el teatro donde mi papá tenía sus obras. Cuando terminaba de trabajar, me iba a corriendo a sentar en una butaca para ver la función: las veía cientos de veces. No era normal lo que me pasaba, porque todos los días quería ver la misma función, ver qué hacían, qué cambiaban, qué parte era en la que el público se emocionaba…
Mis amigos me decían de ir a cenar y yo les decía que iba después de la función, así que siempre llegaba tarde. Ser actor lo veía como algo imposible, me encantaba pero en mi cabeza no me lo permitía. Me parecía que era demasiado para mí y que nunca iba a poder concretarlo. A los 22 años, empecé a trabajar de utilero en la televisión. Un día faltaba un chico que manejaba un camión. Era un personaje muy chiquito, un bolo. Justo era con Arnaldo André y, como yo armaba la verdulería en la que transcurría la escena, él me dijo que ese personaje lo hiciera yo. Pero le dije que tenía miedo de reírme. Me dijo que si me reía era mejor. Arranqué con Arnaldo y, obvio que me reí porque encima me hizo un chiste (risas). Así que ahí empezé, con la novela Gino en Canal 13, con papeles chiquitos durante el primer año. Esa fue la primera novela que hice. Arranqué jugando y terminó siendo mi profesión.
-Si mira para atrás, con semejante carrera hecha, ¿qué ve?
Siento respeto y agradecimiento pero no me hace bien sentirme un galán. Siento que todos somos iguales. Un día no te eligen más… por eso nunca hay que creérsela en la vida. Hay que disfrutar el momento, vivir el día a día. Me siento feliz por poder estar trabajando pero, por otro lado, me pongo triste porque hay un montón de gente que no tiene trabajo.
-¿Cuál es el secreto para mantener una relación tan sana y duradera con su mujer, Ivana Saccani, lejos de los escándalos mediáticos?
Siento que no hay ningún secreto. Se dio que nos llevamos bien, nos amamos, nos elegimos cada día… es mágico. Por ahora, todo se dio. Los dos queremos lo mismo, que al otro siempre le vaya bien. Nos encanta estar con nuestros hijos, tenemos perfil bajo, nos gusta estar con la familia, comer asado los domingos, salir con nuestros amigos, somos muy compañeros y muy simples. Aparte de sentir amor, en una pareja sos todo: amigo, novio,,, pasas por todos los roles. A veces, me parece mentira que hace 20 años que estamos juntos.
-¿Cómo se conocieron?
La conocí en un desfile en Campana. Era a beneficio del Hospital de Campana. Fui a hacer la última pasada y yo cerraba el desfile. Cuando me voy a cambiar, estaba lleno de chicas y la ví muy de lejos a Ivana. Se me estrujó el estómago, sentí algo rarísimo y me quedé helado. Me acerqué a hablarle, la saludé, nos miramos y me vinieron a llevar para otro lado, porque empezaba el desfile.
Pero tenía una amiga en ese desfile, que también era modelo, así que le pregunté por Ivana y le dije que me había enamorado. Mi amiga me propuso que la llevara a ella, a Ivana y a otras dos amigas a sus casas en mi auto, en vez de que las cuatro volvieran en el micro con las demás modelos. Así que las llevé, las iba dejando de a una en Capital y, por dentro, iba deseando que Ivana quedara última en el auto para poder hablarle. Pero no, ¡quedó anteúltima! (risas). Así que, después le pedí el teléfono a mi amiga y la llamé.
-¿Y el flechazo fue fulminante?
Salimos un par de veces pero ella era mucho más chica que yo. Eso me frenaba porque no quería sufrir pero, claro, ya me había enamorado. Así que… ¡no la llamé más!
-¿En serio no la llamó más?
Sí, no la llamé más. Pasó un año y, en el medio, un par de veces viajamos juntos al interior por desfiles. Nunca había pasado nada. Después que pasó ese año, seguía sin poder sacarla de mi cabeza, así que me decidí a llamarla. Yo sabía que era ella pero no quería sufrir. La llamé, le dije que le quería hablar y me dijo que se iba a trabajar a Chile. Apenas volvió, la fui a buscar a la casa y nunca más nos separamos. Estuvo buenísimo, si volviera a nacer me encantaría que la historia fuera igual. Fue espectacular.
-¿Cómo es Ivana Saccani como mujer?
Es sensible, compañera, buena madre, es buena mina, siempre tiene buena onda, nos tenemos mucha confianza. Es más linda por dentro que por fuera, y eso que por fuera es hermosa. El exterior se va yendo, hay que mirar lo de adentro. Cuando la conocí me morí de amor, solo que me daba miedo sufrir. Ivana es divina.
-¿Cómo es Ud. como padre?
Tenemos tres hijos: Francesca (12), Benicio (9) y Valentino (4). Si pudiera no trabajar más, estaría todo el día con ellos. Me encantan, son mi debilidad, me puedo quedar todo el día jugando y hablando con mis hijos. Francesca me acompaña a grabar, le encanta ir conmigo. Y veo que le gusta mucho la actuación, así que seguramente seguirá ese camino. A mis hijos, los voy a apoyar en todo lo que quieran hacer en la vida. A Benicio le encanta el fútbol y a Valentino le gusta estar todo el día pegado a sus papás. Por ahora, creo que cerramos la fábrica.
-¿En qué cree y en qué se refugia en los momentos más difíciles?
Creo en Dios pero no soy de ir a la iglesia. Soy de la idea de que, si hacés las cosas bien, eso te vuelve y Dios te ayuda. Creo que todo vuelve, si ayudás, si dás una mano… todo vuelve.

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