Sistema de defensa y ataque: Argentina le compró a Dinamarca los aviones F-16

Argentina no renovaba sus aviones de combate desde que en noviembre de 2017 se despidió a los Mirage franceses, que cumplieron un rol importante durante la Guerra de Malvinas, en un acto en la VI Brigada Aérea de Tandil después de 43 años de servicio. En 2015 habían sido desprogramados y durante 9 años no se hizo una compra para reemplazarlos. Hasta que finalmente este martes se firmó en Copenhague, la capital de Dinamarca, la compra de 24 unidades F 16 Fighting Falcon, de los cuales 16 son monoplaza (A-M) y 8 son biplaza (B-M) que servirán como un refuerzo del sistema de defensa aérea en nuestro país.
El sistema F-16 adquirido a los daneses incluye unidades monoplaza, biplazas para el entrenamiento avanzado de pilotos, armamento y equipo de apoyo. Este avión de origen norteamericano tiene características de aeronave multipropósito con funciones propias del combate aire-aire y aire-tierra. El acuerdo incluye la entrega de cuatro simuladores de vuelo, ocho motores y se garantizarán los repuestos para las aeronaves durante cinco años. Además, el contrato prevé la capacitación de los pilotos y los mecánicos que trabajarán en este sistema de armas.
Se destacan en una función de combate aéreo y por la maniobrabilidad y el radio de combate (la distancia que puede volar para entrar en combate aéreo, permanecer, luchar y regresar). En esos aspectos superan a los de todos los aviones de combate de amenaza potencial, según se consigna en la página web de la Fuerza Aérea Estadounidense.
Los F-16 pueden localizar objetivos en todas las condiciones climáticas y detectar aviones que vuelan a baja altura en el radar del terreno. Son capaces de volar más de 500 millas (804,672 kilómetros), lanzar sus armas con una precisión superior, defenderse contra aviones enemigos y regresar a su punto de partida, lanzar sus armas con una precisión superior, defenderse contra aviones enemigos y regresar a su punto de partida.
Tienen 14,8 metros de largo, 9,8 metros de ancho y una altura de 4,80 metros. Sin armazón en las cabinas permiten una excelente visibilidad a los pilotos. Cada uno pesa 8936 kilogramos y de acuerdo a un video de presentación que hicieron en la red social Instagram dos vicecomodoros de la Fuerza Aérea Argentina, “llaman la atención el tamaño de la aeronave y las características. Los acompaña un pote de designación infrarrojo y óptico, que es uno de los principales sensores junto con el radar”.
Poseen dos tanques de combustible de 370 galones, y uno de 300, y eso les da más de dos horas y media de autonomía en combate. Fueron fabricados por Lockheed Martín y alcanzan una velocidad de 2500 kilómetros por hora. El fuselaje está realizado con materiales de un fácil mantenimiento con aleaciones de aluminio, acero y titanio. Aunque fueron comprados por la Fuerza Aérea de Dinamarca hace casi cuatro décadas a todos los aviones se los sometió a un proceso de reacondicionamiento y renovación que los hace contar con una tecnología de última generación.
Dos características que destacan los militares argentinos radican en la capacidad de carga. “Para ser un verdadero multi rol debe tener la capacidad de llevar diferente armamento. Para tener capacidad de supervivencia, ha incorporado pilones con detectores de misiles e interferidores de radar”, detalla en el video el vicecomodoro Giaccaglia. “Le permite retener su armamento y aumentar su capacidad de supervivencia”, explicaron.

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