Unaf: Carta de un Docente Interino

Hace ya un tiempo que la universidad Nacional de Formosa está atravesando por un proceso de renovación de autoridades y representantes de los distintos claustros que como todo fenómeno trae consigo una serie de disputas entre las distintas agrupaciones enfrentadas que son válidas mientras se produzcan dentro de los principios democráticos que establece cada reglamento según la realidad a la que fuese ajustada.

Ahora bien, hace unos días me entero que la Junta Electoral Permanente emitió la resolución N°64/21 y 69/21 en donde se decide eliminar de los padrones a los docentes interinos que nos encontramos trabajando en el ámbito de nuestra querida Universidad, lo que atenta contra todo principio de equidad e igualdad ya que nos prohíbe elegir a nuestros propios representantes quiénes van participar en las decisiones más importantes de la UNaF. Lo inquietante es que dicha modificación sólo se realizó para el sector docente ya que todos los demás claustros siguen bajo la mismas disposiciones del Reglamento General Electoral (Res. C.S. 0036/00).

Es preocupante ver cómo se vulneran derechos, como se alteran las reglas de juego sobre la marcha de un proceso serio que requiere el compromiso de todos más allá de intereses mezquinos, sectoriales con el sólo afán de acceder al poder y con ello al control de voluntades sin ni siquiera considerar que para logra esos objetivos dejan de lado la esencia de las instituciones, que no es más que otra cosa que la participación y el debate, los cuales son necesarios para el desarrollo integral de los que componemos el sistema universitario. En este sentido, se puede observar que estamos sufriendo una clara desvalorización de nuestro rol como profesionales capaces de aportar ideas y sumar principios en todas aquellas actividades realizadas en la institución. 

Lo más doloroso de todo ello es que algunos de nuestros colegas ordinarios se pronuncien a favor de nuestra proscripción en las elecciones de Consiliarios y Consejeros Docentes, hasta el punto tal que no nos llegan a considerar Docentes o en algunos casos nos consideran como de segunda y ante ello deciden expulsarnos del padrón electoral. Eso es muy doloroso compañeros, siendo que muchas veces compartimos cátedra con estos mismos educadores, participamos en trabajos de investigación, extensiones de materias, trabajamos en proyectos para representar de la mejor manera a nuestra querida institución, estudiamos carreras de posgrado y en muchos casos nos recibimos en Especialistas, Magíster  o en Doctorados, etc.

Me resisto a pensar en una Universidad de pocos y para pocos que puede ser conducida por un sector minoritario que representa una mirada errada de los principios democráticos y que se ven así mismos como los únicos capaces de estar preparados para definir políticas y proyectos idóneos superadores, mientras tanto nos consideran incompetentes para llegar a determinar decisiones que mejoren integralmente nuestra casa de altos estudios.

Por último, lo que se torna aterrador es saber que en un futuro estos mismos docentes que hoy nos niegan la posibilidad de votar, van a volver a pedir nuestro acompañamiento, parafraseando palabras referidas a libertad, igualdad, apertura, etc.

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