Patricia Mabel Ilgner tenía 57 años. El viernes pasado su exesposo, Juan Pedro Recondo, de 58 años la asesinó de varias puñaladas en plena calle de la localidad de Villalonga, al sur de la Provincia de Buenos Aires.
El brutal hecho ocurrió frente a un taller mecánico, ubicado en la esquina de 17 de Agosto y Sarmiento, a horas del mediodía, y los empleados que escucharon gritos salieron a la calle y redujeron al hombre mientras llamaban a la policía.
Recondo había sido denunciado dos veces por violencia de género, por su hija y por la propia Patricia, y tenía una orden de restricción para acercarse a su exmujer, aunque aquella se había vencido el 10 de julio. El hombre era dueño de una cerealera, que quebró hace un tiempo y llevaba varios meses separado de su esposa.
Hace algunas semanas que Patricia se escondía de su agresor, que constantemente amenazaba a la mujer de muerte. Vivió con sus hijas, con una prima, y con quien pudo para esconderse.
«Estamos todos conmocionados, muy tristes», relató su hija, Marina Recondo, de 31 años, en diálogo con el canal de noticias TN y lamentó: «Hicimos todo lo posible para protegerla».
«Mi mamá tenía miedo, por eso yo hice la primera denuncia hacia mi papá en la comisaría de la mujer», contó. La joven había solicitado una orden de restricción y también había pedido que se le quiten las trece armas que el hombre tenía registradas a su nombre.
«Intentamos hacer todo mediante la Justicia, pero mi padre seguía caminando con total impunidad», agregó. Su hermana menor, Lola, también denunció a su padre en Patagones, localidad cercana, pero ninguna de las dos causas concluyó en un curso penal y Patricia se convirtió en una víctima más de violencia de género.
«Estuvieron 32 años juntos y vivió amenazada por mi padre», explicó Recondo. Patricia se había separado de su exmarido, padre de sus hijos, cuando los jóvenes se fueron de su casa.
Villalonga: tenía una perimetral pero la apuñaló en la calle hasta matarla
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