El Gobierno chaqueño demandará judicialmente la restauración de desmontes ilegales

El subsecretario de Desarrollo Forestal de Chaco, Luciano Olivares, afirmó que «enviará expedientes a la Fiscalía de Estado para demandar la restauración de los bosques nativos afectados, como consecuencia de la aplicación de infracciones por los desmontes».
Olivares dijo a Télam que la repartición a su cargo «aplica la legislación ambiental y de Bosques Nativos que exige que, además de las sanciones de multas que se apliquen por desmontes ilegales, se debe concretar la restauración de los bosques afectados».
«Esto significa que cada vez que se detecta una infracción se aplicará una multa, que representará una sanción económica y que al infractor le impondrá la obligación de recomponer el daño ambiental ocasionado», acotó al explicar el sentido de la acción punitiva.
También dijo que «si no paga la multa correspondiente» corresponderá que Fiscalía de Estado «avance judicialmente con medidas preventivas como puede ser embargos».
El funcionario está convencido de que por los desmontes ilegales «la sanción no solo debe ser económica, porque si la condición de afectar un bosque solo se circunscribe a una multa, este concepto podría llegar a ser incluido como parte del costo de explotación para un desarrollo inmobiliario o rural».
Con ese fundamento destacó «la obligatoriedad de la restauración del ambiente como un mecanismo para el cumplimiento estricto de la ley, que sirva para detener la deforestación y contribuya a la sustentabilidad, que es lo que nosotros en definitiva buscamos».
También señaló que «en los últimos 2 años se detectaron desmontes ilegales en unas 15 mil hectáreas, de las que vamos a exigir la restauración correspondiente por medio de demandas judiciales».
Luego señaló que el Gran Chaco «es la segunda ecorregión boscosa más extensa de Sudamérica, que ocupa más de 100 millones de hectáreas entre Argentina, Paraguay y Bolivia» y que tiene «una amplia diversidad de hábitats, entre ellos bosques, sabanas, pastizales y humedales, que constituyen el soporte vivo de un entramado biológico, social y productivo».
«Es el hogar de más de 3.400 especies de plantas, 500 especies de aves, 150 especies de mamíferos, algunos muy emblemáticos como el yaguareté; 120 especies de reptiles y 100 especies de anfibios», acotó.
A esto sumó que «esta ecorregión contribuye a la mitigación y adaptación al cambio climático y la regulación hídrica, y da sustento a la vida de las comunidades locales, la seguridad alimentaria y el desarrollo económico».
Olivares no omitió señalar que «el Gran Chaco es una de las regiones más amenazadas del planeta: se encuentra entre los 11 sitios con mayor deforestación del mundo y niveles más altos de degradación».

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