«Los contagios suben porque el Gobierno impone miedo y empuja a la sociedad a la clandestinidad»

Tras conocerse la extensión del aislamiento obligatorio para Formosa Capital y Clorinda hasta el 21 de mayo, el senador Luis Naidenoff afirmó que “extender el aislamiento demuestra una vez más a un Gobierno que es incapaz de buscar nuevas alternativas que concilien salud, economía y libertad”.
“Por el contrario, insiste en prorrogar las mismas recetas y medidas, sin aportar nada nuevo, mientras se prolonga la crisis sanitaria y se profundiza cada día más la crisis económica”, aseveró. “Como ya sostuvimos, aún en la ciudad de Buenos Aires y la provincia Buenos Aires, ambas en estado de alarma epidemiológica, los comercios de todo tipo pueden mantenerse abiertos hasta las 19 horas, mientras que en Formosa están condenando a miles de familias a la quiebra”, agregó.
El legislador aseguró que “los contagios aumentan porque el Gobierno impone miedo y empuja a la sociedad a la clandestinidad”. “Las estadísticas demuestran que las restricciones fuertes no fueron efectivas para controlar la pandemia, porque la sociedad necesita trabajar para vivir y necesita relacionarse tras un año de encierro”, explicó.
“Toda la Argentina entendió que el encierro extremo no es la solución, sin embargo, el Gobierno provincial insiste aplicándolo como herramienta excluyente, irracional e ineficaz. La receta de Formosa no se aplica en ningún lugar del país, simplemente porque no funciona y porque es profundamente inhumana”, sostuvo.

Clandestinidad

Para el senador “el Gobierno no comprende que con esta medida continúa fomentando la clandestinidad, en lugar de aplicar restricciones razonables, con protocolos adecuados, que permitan a los formoseños realizar sus actividades necesarias con responsabilidad social. No toman dimensión del enorme daño que esto genera en la población, a los emprendedores, a los comerciantes, a los estudiantes y a las familias en general impidiendo el desarrollo de los aspectos más cotidianos de la vida”, indicó.
“Estas decisiones terminan empujando a la sociedad hacia la clandestinidad, en donde se dan los mayores contagios. La salud no solo física, sino psicológica y emocional requieren de los vínculos sociales y de la vida en comunidad. Y como todo está prohibido, las reuniones se dan en lugares cerrados, sin protocolos, sin ningún control, por el temor a las represalias”, argumentó.
En ese sentido, Naidenoff reiteró la propuesta para generar protocolos sanitarios de “reactivación de la actividad social y económica disponiendo del cierre de calles y avenidas para uso peatonal y explotación comercial, con un control instantáneo vía test de antígenos para identificar posibles portadores del virus”.

Miedo al aislamiento

El Senador calificó como “una locura de tratar a los pacientes que dan positivo como delincuentes, aislándolos en centros sin las condiciones básicas de atención, higiene y privacidad” y sostuvo que esto “trae aparejado el enorme miedo a ser trasladado”. “La persona que tiene síntomas no quiere ir a hisoparse por el temor a que vayan a su casa, lo allanen y lleven por la fuerza a estos centros de privación de la libertad”, planteó. “Así, las terapias se ven desbordadas porque las personas no acuden a diagnosticarse ni a continuar sus tratamientos y agudizan sus afecciones”, añadió.
Por último, Naidenoff advirtió que “la cepa Manaos ingresó por el tránsito de personas fronterizo, que no cesa ni se controla, fundamentalmente en Formosa y Clorinda”. “El Gobierno debe insistir con controles más férreos e iniciar las conversaciones con el país vecino para cooperar con la vacunación en las zonas de frontera”, finalizó.

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