Olivera: «La oposición formoseña aún es incapaz de contener los nuevos reclamos»

Trazó un crudo cuadro del rol de la oposición formoseña al considerar que «el radicalismo no contiene los nuevos reclamos sociales», opinó que las movilizaciones que se ven en la ciudad no tienen un origen partidario, y consideró que la provincia necesita un espacio multisectorial para la etapa post gildista, a la que ve muy cercana.
El concejal capitalino, Fabián Olivera habló sobre la salida a la calle de miles de formoseños el fin de semana, y sostuvo que se trató, al igual que con la mayoría de las últimas movilizaciones, «de la reacción de una gran parte de la sociedad que sale a reclamar libertades restringidas, y otra manera de administrar la cosa pública», pero admitió también que esa gente dejó un claro mensaje para la oposición: «Nuestra incapacidad para contener y ser parte del vehículo que necesita el formoseño para transformar y conducir el tiempo post gildista, muy cercano en el tiempo».
«Ante un modelo agotado y conservador, que sigue planteando discursos vacíos y completamente alejados de la realidad, la sociedad formoseña dice basta. Esta pandemia agitó la realidad que gobierna, pero también confirmó la incapacidad de quienes se erigen en opositores», reafirmó el legislador radical.
«Los radicales nada tenemos que ver con este nuevo movimiento, es la reacción más pura y espontánea de los formoseños que salen a las calles sin representantes; no nos consideran transportadores de sus expectativas ni de sus reclamos; no demostramos ser capaces para contenerlos, para escucharlos, ni siquiera para animarlos», planteó, en una cruda confesión política, muy infrecuente en la clase que integra.
«Siento vergüenza ajena cuando veo a dirigentes políticos de mi partido participando de estas marchas, pretendiendo erigirse en contenedores y gestores de sus problemas; la sociedad no nos cree, y no nos apoya; es hora de asumir esta realidad, pero también es el tiempo de ser maduros y coherentes, y entender que debemos cambiar para adaptarnos, porque es parte de la naturaleza humana, pero sobre todo de una persona de bien», consideró.
Sobre la movilización del último fin de semana, Olivera dijo que «es una reacción social, principalmente, animada por la angustia y la bronca que genera un modelo que quedó agotado en el tiempo y en su limitadísima capacidad para generar alternativas, postrando en la miseria y en la soledad a miles de familias que no tienen presente, y tampoco ven un futuro».
«Como político me siento muy preocupado por lo que sucede con la sociedad; sin embargo, este sentimiento es un fuerte combustible que me compromete a redoblar los esfuerzos para canalizar estos reclamos, adaptándome al nuevo mensaje, y esforzándome hasta donde sea necesario para ser el contenedor de tanta frustración suelta», subrayó.
«Estamos viviendo la última etapa del gildismo, y como oposición debemos prepararnos para lo que se viene, que está muy cercano en el tiempo. No pienso en el fin de una etapa por los tiempos biológicos, sino en el desenlace natural de un proceso debido a las propias limitaciones de la miseria humana, aquella que atornillada en el poder acaba confundida, desconcertando a quienes dice representar», aseguró.
«Sería un error conceptual enorme permitir que los hijos del modelo sigan administrando la cosa pública; eso sería la extensión de lo que hoy se rechaza», consideró.
Por último el edil dijo: «No veo otra respuesta más que la integración de un espacio multisectorial, que agrupe al mayor número posible de fuerzas representativas, sin que importe el propósito de su gestación. El único objetivo que debe animarnos es que entre todos seamos capaces de armonizar un proyecto de provincia, que contenga la base para reconstruirnos, aprovechando nuestros recursos humanos y naturales, y, sobre todo, dejando de lado la mala política, la misma que nos dejó en el fondo que hoy nos contiene, y del que necesitamos salir cuanto ante».

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