El retiro (repliegue) de Elisa Carrió desató un estallido en el interior de la AFIP, con una línea interna que no sólo se identificaba con la diputada, sino que, además, comienza a ser investigada por la Justicia a raíz de la filtración de información bajo secreto fiscal, cuyo destino era nutrir las denuncias judiciales a los adversarios políticos de Carrió. La causa fue anexada al expediente por espionaje a jueces, gobernadores y dirigentes que instruye Rodolfo Canicoba Corral. Y ya disparó las primeras medidas que pueden empezar a develar una trama siempre sospechada: el magistrado le exigió al organismo que conduce Leandro Cuccioli que informe todos los accesos que hayan registrado a las bases de contribuyentes desde todos los sistemas de AFIP tanto el exsubdirector de Operaciones Impositivas del Interior, Jaime Mecikovsky, y el titular de Auditoría y luego de Sistemas, Néstor Sosa. La Justicia quiere saber a qué personas o empresas investigaron en los últimos cuatro años y qué datos recabaron, además de las razones funcionales que hubieran motivado las consultas. Cuando en tribunales cuenten con la información, comenzará una ronda de llamados a declaración indagatoria y por primera vez, especulan en Comodoro Py, creen que podría darse el escenario donde haya “arrepentidos” en personal de carrera.