Caputo se reunió por primera vez con Georgieva para avanzar en un nuevo programa con el FMI

El ministro de Economía Luis Caputo tuvo su primer cara a cara con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) Kristalina Georgieva desde que asumió en el Palacio de Hacienda. La reunión se produjo días después de que el Gobierno explicitara su intención de avanzar, en algún momento del año, hacia un programa financiero nuevo con el organismo en momentos en que el Poder Ejecutivo define los próximos movimientos de piezas en la política económica.
“Excelente reunión con Ministro argentino Luis Caputo en el contexto del G20 de Brasil. Saludé los esfuerzos sostenidos de las autoridades para restaurar la estabilidad, apoyar a los más vulnerables y generar apoyo para las reformas”, escribió Georgieva en X.
“Muy buena reunión con Kristalina Georgieva y equipos en el G20. Celebra y apoya las medidas y los resultados obtenidos por esta nueva administración. Los equipos continuarán trabajando en la mejor estrategia para seguir apoyando los esfuerzos del país”, respondió minutos después el ministro argentino. ¿Hubo en esa elección de palabras alguna señal de que la relación con el Fondo empieza a virar en otra dirección? Sería, en todo caso, una más de las que parecieron asomar en los últimos días, sobre un programa financiero en el horizonte.
La reunión duró una hora en una de las salas centrales de reuniones bilaterales del primer piso del evento, finalizó cerca de las 13 y se realizó en medio del break de almuerzo en la lluviosa tarde paulista. La directora gerente del Fondo Monetario partió con rapidez al auditorio central del evento, para dar un discurso en un panel de Finanzas y cambio climático, que compartió con el presidente del BID Ilan Goldfajn y con el del Banco Mundial Ajay Banga.

Viaje paulista
El jefe del Palacio de Hacienda llegó esta mañana pasadas las 9 al pabellón de la Bienal de San Pablo, el centro de convenciones en el que se desarrolla desde el lunes la reunión de funcionarios de Finanzas y banqueros centrales del G20. Caputo, acompañado por el secretario de Finanzas Pablo Quirno, el presidente del Banco Central Santiago Bausili y el vice del BCRA Vladimir Werning, participaron del primer panel sobre “El rol de la política económica para combatir la inequidad: experiencias nacionales y cooperación internacional”.
El centro financiero y económico brasileño amaneció este miércoles con dos noticias sobre la Argentina en su agenda, que por razones distintas despertaron la atención de la opinión pública paulista: el paro en los aeropuertos que canceló todos los vuelos entre ambos países (San Pablo tiene servicios directos desde Buenos Aires, Córdoba y Rosario) y la prohibición del lenguaje inclusivo en la administración pública que anunció ayer el Gobierno, una noticia que ocupó un espacio considerable, por lo llamativo de la decisión, en los diarios locales.
El pabellón del G20 en el Parque Ibirapuera, en el corazón de San Pablo, tuvo desde esta mañana un movimiento mucho más pronunciado que el lunes y martes, cuando tuvieron lugar las actividades preliminares antes de la agenda fuerte del foro con la llegada de los ministros de finanzas y los banqueros centrales. Se espera que este jueves el G20 pueda publicar un comunicado -todavía intensamente negociado- con una lectura del estado actual de la economía global y de identificación de los riesgos que experimentará en los próximos meses.
Como siempre en este tipo de cumbres, lo más jugoso suele suceder en las reuniones bilaterales que se realizan en paralelo, con agenda propia, en los salones cerrados y aislados en los que los funcionarios de los gobiernos y autoridades de organismos de crédito y bancos regionales aprovechan sus minutos de la apretada hoja de ruta para conseguir apoyos, declaraciones de respaldo y avanzar en inversiones o préstamos para sus países. Es en ese marco en el que Caputo y Bausili tuvieron su mano a mano con Georgieva.
El Poder Ejecutivo abrió recientemente la puerta para conversar sobre un nuevo acuerdo financiero con el organismo y para eso necesitará activar una maquinaria que no solo será técnica sino de respaldo político en el directorio del Fondo Monetario.
El FMI manifestó en distintas ocasiones su apoyo al plan económico inicial que ejecutó Caputo, aunque también planteó asteriscos sobre la fortaleza política que requiere un programa de ajuste de ese tamaño -para los técnicos del Fondo hay pocos antecedentes a nivel mundial en los últimos 30 años de una corrección fiscal de esta naturaleza, 5 puntos del PBI, en un solo año-, y en palabras de Gita Gopinath, una preocupación porque la licuación del poder de compra del salario y las jubilaciones sea matizado con medidas de ingresos.
Washington fue muy cauto por el momento para referirse a un acuerdo nuevo y marcó que solo es una posibilidad muy preliminar, lo que indica que aún restan varios pasos para que el terreno esté preparado para la activación de una asistencia financiera adicional. Para el Gobierno, un endeudamiento nuevo con el FMI debería estar ligado a la implementación de una “reforma estructural importante”. Flota la pregunta sobre si eso indicaría un apoyo con divisas para levantar el cepo cambiario o avanzar con una reforma monetaria hacia la dolarización.

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