Conejero lamentó los incendios en el Amazonas y pidió cuidar la tierra

El obispo José Vicente Conejero, en su homilía de ayer mencionó diferentes temas, entre los que destacó los incendios que desde hace semanas se producen en el Amazonas, denominado «el pulmón del mundo» y ante esto llamó a que todos «cuidemos la tierra» desde el lugar en el que estamos para tener una vida digna y dejarla en buenas condiciones para las generaciones venideras.
«El espíritu santo nos da la fuerza y el ánimo para venir a celebrar el misterio de Cristo como cada domingo, la vida va pasando con rapidez, hoy ya es el último domingo de agosto, el próximo ya estaremos en el noveno mes del año, es una realidad que constatamos en medio de todos los problemas e inestabilidades de la vida», expresó.
«Van trascurriendo nuestros días en medio de los problemas por eso es hermosa la oración que hemos elevado donde hemos pedido ante todo y sobre todo la firmeza y la constancia en medio de las pruebas de esta vida, que nuestros corazones estén firmes, ahí donde se encuentra la verdadera alegría y felicidad es el señor, por eso le pedimos que amemos lo que él nos pide, los que nos manda y que deseemos lo que nos promete, que es la vida eterna porque a veces a eso lo vemos lejano y lo único que pedimos son cosas materiales de este mundo, dinero, sueldo, salud, trabajo, casa y no está mal que se lo pidamos para vivir como corresponde, con dignidad para nosotros y para todos, pero sin olvidar la verdadera herencia y la promesa que el señor ha venido a invitarnos a ella que es el panqueque celestial de la vida eterna», manifestó.
De la misma forma señaló que «hay que proclamar el evangelio, la buena noticia de Dios, ya el profeta Isaías presentía esto para todas las naciones a fin de que la gloria del señor fuera conocida por todos, conocido el amor de Dios y poder glorificar la gloria del señor porque la ignorancia y la dureza de la mente y del corazón vienen a ser los obstáculos o impedimentos que impiden no conocer el designio de Dios y la verdadera felicidad, estamos como dice el apóstol San Pablo en la vaciedad de criterios, simplemente en las cosas materiales que dan placer en esta vida y que por otra parte son placeres efímeros y pasajeros, quienes tenemos el don de la fe sabemos que es un misterio muy grande la vida y el amor inmenso de Dios que quiere hacernos partícipes de su vida divina y para siempre, esa fe tenemos que fortalecerla y revitalizarla porque o sino vamos por la puerta ancha que conduce a la perdición, hay un pasaje del evangelio que cuando alguien le preguntó a Jesús si eran pocos o muchos los que se salvarían el aconseja que entren por la puerta estrecha, es decir, por la verdad, por la justicia, por el bien, es mucho más fácil la corrupción, la mentira que están al orden del día, tendríamos que redescubrir y fortalecer también ese negarse a sí mismo que es una condición sin ecuanon para el seguimiento del señor, aquel que quiera ser discípulo mío niéguese a sí mismo, cargue con su cruz, claro que es difícil el negarse a sí mismo y uno quiere dar rienda suelta a sus caprichos, apetencias o ilusiones que después conducen no a la verdadera alegría sino que a la tristeza, pero eso lo experimentamos, en la carta a los hebreos se nos habla también del tema de la corrección, a nadie le gusta ser corregido y sin embargo dice el autor de la carta que los padres corrigen a sus hijos siempre para el bien porque aunque no es aceptada en un primer momento, la corrección después da paz y justicia cuando uno asume libremente el ser corregido, si va por mal camino con vistas siempre a un bien mayor».
Seguidamente se refirió a los diferentes sucesos históricos que ocurren en el mundo, sobre todo al incendio en el Amazonas. «Cada uno de nosotros estamos ante este momento concreto, histórico en el que vivimos, de tantas situaciones, los poderosos del mundo están reunidos en Francia para determinar todas estas luchas económicas y enfrentamientos de las grandes potencias mientras la Amazonia arde, ese pulmón del mundo que el papa Francisco ha convocado para el próximo mes de octubre un sínodo extraordinario también, de estos 9 países que hacen limite o que pertenecen a esta región llamada Amazonas o Amazonía con vistas a la defensa y del cuidado de la casa común que es la tierra, el papa Francisco muy sensible a esta temática ya escribió el Laudato Sí, esta carta en defensa de la ecología, de la tierra común, no solo para quienes vivimos aquí sino que para las generaciones venideras, ojalá que sus hijos, nietos y bisnietos puedan encontrar un planeta no destruido ni seco ni infértil pero esto requiere el cuidado nuestro, para hacer el desarrollo integral, no cabe la menor duda de que la intervención humana sobre todo cuando hay una avaricia en orden al desarrollo decide de alguna manera la situación de este planeta que es la tierra que Dios ha creado para bien de los hombres, son realidades para tenerlas en cuenta y no podemos pasar de manera indiferente ante estas problemáticas pero hay que comenzar por uno mismo».
«El 1 de septiembre es el día de la tierra, yo sufro cuando recorro nuestra ciudad, también otras ciudades y están los basurales, en el centro quizás no se ven tanto, capaz para presumir de limpieza pero cuando uno sale camino de Mojón de Fierro hay más de un kilómetro de basura a la derecha, lo mismo en las nuevas urbanizaciones, arrojan camiones de basura, esta es una problemática, tenemos que ser limpios porque es la expresión de lo que uno vive interiormente, son problemas no ajenos a nuestra convivencia, deberíamos de asumir el compromiso, evitar los plásticos, llevar nuestra bolsita de tela cuando vamos al supermercado e ir desechando los plásticos que de alguna manera contribuyen a un deterioro de la ciudad y de la casa común que es la tierra», aseguró.
«Todas estas cuestiones podrían parecer ajenas a la palabra de Dios, sin embargo la gloria de Dios, la belleza y la vida digna requieren también de nuestro comportamiento como ciudadanos, como cristianos, como gente que alaba y descubre la belleza y la gloria de Dios para que un día podamos participar del banquete del cielo, este es el domingo vigésimo primero del tiempo ordinario, donde hemos pedido al señor y ojalá nos quede en la mente durante toda la semana que nuestro corazón esté firme y busquemos allí donde está la verdadera alegría y felicidad que es en el bien, en la verdad, en la justicia, y que nos conceda el espíritu santo amar lo que el señor nos pide que son sus mandamientos y a la vez también esperar la herencia prometida que es la patria del cielo», finalizó Conejero.

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