CLORINDA(C).- En la mañana de ayer sorpresivamente retornaron los rigurosos controles migratorios en la aduana en el complejo fronterizo entre Clorinda y Nanawa (Paraguay), dichos controles generaron todo tipo de críticas ya que en el paso, los ciudadanos de ambas localidades por los lazos de amistad, confraternidad, familiares y comerciales entre otros están acostumbrados al paso diario de un territorio al otro para realizar diferentes actividades, todo eso se frenó nuevamente y las personas para pasar deben presentar sus documentaciones demorar bastante en las filas para pasar unos minutos y volver, una cuestión que parece no tener sentido, pero esto debería discutirse en sitios de decisiones para que se busque la manera de acomodarse a la idiosincrasia de la zona.
Largas filas de personas intentando cruzar de un territorio a otro se pudieron divisar tempranamente, y en ese sentido se logró observar nuevamente que la situación se concentró en migraciones de Argentina, donde los referentes de las oficinas en el sector indicaron que «toda persona debe presentar su documentación personal y hacer los trámites migratorios para pasar de un país a otro». Esta cuestión es algo que saben todos los clorindenses en el caso del territorio argentino, y los puertoelseños en territorio paraguayo, pero los usos y costumbres muy arraigados en esta zona, donde hasta pareciera que Clorinda y Nanawa fueran un mismo territorio separados por una pasarela de 25 metros por sobre el río Pilcomayo, es apenas un puente para atravesar la imposibilidad que genera el agua, ningún ciudadano tiene en cuenta que se traslada a otro país, es más, diariamente varios escolares de Nanawa pasan con sus guardapolvos a estudiar a Clorinda, éstos también encuentran la dificultad de asistir a sus clases por estos rigurosos controles sorpresivos que van a contramano de la realidad diaria en el paso.
«Nosotros debemos respetar las leyes vigentes», expresaron los funcionarios de migraciones y agregaron: «ahora que las personas de acá estén acostumbradas a un sistema que va en contra de las leyes es otra cosa, se deberían discutir en otros ámbitos para encontrarle una solución a ésta situación, a nosotros nos compete respetar lo que está en vigencia en éstos momentos».
Esta situación generó varios inconvenientes, y en un control anterior el comercio de la localidad de Nanawa protestó inclusive cortando el paso internacional en San Ignacio de Loyola, protesta que duró un par de hora y destrabó el inconveniente para los ciudadanos.
Uniformados
Se puede ver presencia masiva de efectivos de Gendarmería Nacional y Prefectura Nacional en el paso y en recorrida por la zona rivereña, en estos momentos la sequía del río Pilcomayo es pronunciada, y se arman pasos vecinales clandestinos de una orilla a otra, por donde pueden realizarse actividades de contrabando, sin embargo, en su mayoría son pasos que arman los vecinos aprovechando la bajante del río para poder acortar las distancias que llevan hasta la pasarela habilitada para el paso de un territorio a otro.
Es una zona muy especial, y los funcionarios de mayor toma de decisiones deberán concurrir al terreno y observar cómo es la vida en éste punto del país, donde argentinos y paraguayos conviven diariamente como si fueran un mismo territorio fanatizado en un lazo que los hace únicos, y cambiar esa situación abruptamente no sería el camino conveniente. Habría que buscar soluciones que se acomoden a ésta idiosincrasia, porque según estadísticas clorindenses y puertoelseños no se dedican al narcotráfico, mas bien son organizaciones que utilizan pasos como éstos para sus actividades ilícitas, cuestiones estas que están ajenas a niños que van a la escuela a estudiar y se encuentran que no pueden asistir a clases porque desde migraciones dicen que deben hacer las filas todos los días, con ambos padres que deben ir munidos de documentaciones que avalen su paternidad, o trabajadores que diariamente hacen sus tareas de una orilla a la otra perdiendo tiempo y llegando tarde a sus puestos por realizar estos trámites en la frontera, aquellos pacientes que concurren a los centros de salud a seguir el tratamiento de sus dolencias, cuestiones a analizar en los ámbitos correspondientes.
