La pirotecnia es una pesadilla para los niños autistas, para las mascotas y los abuelos hipersensibles. Hay un segmento de personas irresponsables a las que no les importa el sufrimiento de los otros. Se debe optar por un proyecto de ley para limitar este atropello inhumano en unas fiestas de fin de año que se pueden festejar sin estruendos infernales.
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