Violencia intrafamiliar, abusos e incesto: revelan nuevos detalles de la casa del horror de Córdoba

Mientras buscan al patriarca, toda la provincia está conomovida por el doble femicidio de las hermanas. Una prima de las víctimas aseguró que lo ocurrido “es resultado de situaciones dolorosas que vivieron”.
La ciudad de Córdoba no sale de la conmoción por el caso de Sara y Esther Castro, las hermanas que fueron asesinadas, descuartizadas y arrojadas en un antiguo pozo de agua en el barrio Autódromo por los hijos de una de ellas. Con el avance de la causa, se suman nuevos y más aberrantes detalles que revelan una trama de violencia intrafamiliar, incesto y abusos que derivaron en el trágico desenlace.
En las últimas horas, una prima de las dos víctimas reveló que en el seno de la familia había denuncias por abuso sexual desde hacía años y consideró que el doble femicidio, por el que están detenidos los hijos de una de las mujeres asesinadas, “es el resultado de la situación dolorosa que vivieron”.
La mujer, que pidió no ser identificada, también dejó en claro que Ismael y Esteban Castro, ambos detenidos por el doble asesinato, “son hijos de Esther”. De acuerdo a su relato, cuando se enteró de que su prima estaba embarazada ella se alejó definitivamente de la familia porque surgieron “sospechas de abuso”.
“Las chicas (por las víctimas) no tenían novios, no salían, estaban siempre encerradas, no tenían vida social”, agregó la testigo al deslizar sus sospechas de abuso intrafamiliar. También recordó que, en esa época, se habían presentado dos denuncias por supuestos abusos contra el luego fallecido Armando Castro, padre de las víctimas y de otros cuatro hijos varones.
Castro había sido denunciado por su propia hermana, aunque nunca se investigaron. “Es una situación dolorosa y vergonzosa para toda la familia. Nunca imaginamos que esto iba a suceder”, dijo la pariente, y apuntó que Don Castro, como le decían al patriarca, “estaba enfermo y enfermó al entorno”.
Por otro lado, agregó: “Me da pena por los chicos (Ismael y Esteban). Si es que hicieron esto, era como anunciado, creo que es el resultado de la situación dolorosa que vivieron”, consideró.
El doble crimen empezó a investigarse la semana pasada cuando los dos hermanos ahora imputados fueron interceptados por un patrullero cuando caminaban por la ruta de la Altas Cumbres acompañados de cuatro menores de edad. En ese grupo había un bebé de un año, dos nenes de 6 y 12; y una adolescente de 17, que también fue detenida en esta causa por el delito de “encubrimiento agravado”.
En un primer momento, los ahora acusados relataron a los efectivos policiales que estaban viajando rumbo a Mina Clavero por vacaciones. Pero, en esas circunstancias, el menor de los Castro confesó que habían asesinado a las dos mujeres y descartado sus cuerpos en un pozo de agua de la vivienda situada en Cabalén al 6.600, donde finalmente los encontraron el martes a casi 60 metros de profundidad.
La fiscal de Violencia Familiar a cargo de la causa, Andrea Marín, dispuso que las tareas continúen en el lugar con el fin de dar con un arma blanca y una de fuego, ya que, según los datos preliminares de la autopsia, los cuerpos presentaban signos de apuñalamientos y orificios compatibles con balazos.
A su vez, se sospecha que podría haber otros cuerpos enterrados, entre ellos el del padre de las víctimas que habría muerto meses atrás, aunque por el momento no se obtuvo documentación que lo acredite.
En tanto, los acusados detenidos e imputados por el delito de ‘homicidio calificado y homicidio simple en concurso real’, y la adolescente que se encuentra a disposición de la justicia juvenil por presunto encubrimiento, serán sometidos a pericias psiquiátricas y psicológicas para establecer sus capacidades cognitivas y si están o no en condiciones de afrontar un proceso.

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