El Fortín y el Pincha vienen mano a mano en casi todo, también en títulos: a la definición uno llega con 16 y el otro con 15.
Es más que una final. Podría decirse que es un mano a mano entre dos clubes modelos que quieren seguir sumando historia a su rica historia. Pues bien, la que van a jugar Vélez y Estudiantes este domingo, esta definición de la Copa de la Liga que se disputará en Santiago del Estero, también tiene una lucha paralela, una de años, una latente, que potencia la pica por el codiciado lugar del sexto más ganador, que la enriquece, que lo convierte en un partidazo: la tabla de títulos.
Tal es la paridad entre ambos equipos a todo nivel, que llegan a esta definición con apenas una estrella de diferencia. En un rincón del Madre de Ciudades, contra la popular Sur que ocupará su gente, asoma Vélez, un peso pesado con 16 estrellas, 11 locales y cinco internacionales. En el otro rincón del estadio único de Santiago del Estero, contra la popular Norte destinada para su público, aparece Estudiantes, un multicampeón con 15 cinturones, nueve locales y seis internacionales.
Por lo tanto, el domingo habrá un duelo extra en disputa: si Estudiantes se impone, logrará su cuarta Copa Nacional (así se consideran también las Copas de Liga) y alcanzará a Vélez con 16 títulos oficiales a todo nivel (contando el amateurismo). De ese modo, lo igualará justamente en la sexta posición de la tabla histórica del fútbol argentino. En cambio, si el que se impone es Vélez, logrará su segunda Copa Nacional y se consolidará ese puesto con 17 estrellas, para quedar a sólo cinco de San Lorenzo.
Por eso, es una final que tiene el valor de la lucha histórica, del debate futbolero, del orgullo de sus hinchas, del status quo entre dos equipos que luchan por el reconocimiento explícito de su grandeza implícita. La paridad, incluso, llega a tal punto que hasta en puntos obtenidos en toda la historia de la Primera División, están cabeza a cabeza.
Vélez marcha sexto, misma posición que en los títulos, con 4370 unidades en 3610 partidos disputados. Mientras que el Pincha está justo por debajo, con 4346 puntos en más encuentros jugados (3703). En porcentajes, 41% contra 40%. De no creer…
El vínculo de Vélez y Estudiantes empezó allá a lo lejos. Por caso, 1968 fue el año que los unió en la gloria. En aquel momento, mientras Vélez lograba la primera estrella, el campeonato nacional, y mandaba en el fútbol argentino, Estudiantes llegaba a la cima del mundo, al vencer al Manchester del excepcional Bobby Charlton en la final Intercontinental. Vélez repetiría esa gesta en el 94, también ante otro gigante europeo que marcó una época: el Milan dirigido por Fabio Capello.
Ambos, incluso, tuvieron participación directa o indirecta en las conquistas del otro. En el Metro 82, Estudiantes se consagró campeón de la mano de Bilardo. Lo logró en la última fecha, en un 2 a 0 a Talleres. Pero en la jornada anterior, su rival fue Vélez en La Plata, en un partido que se suspendió por la famosa bomba en el vestuario visitante que afectó a varios jugadores de ese equipo dirigido por el Toto Lorenzo. En la reanudación, el Pincha venció 1 a 0 con gol del Tata Brown en el final. El arquero velezano era Nery Pumpido. Ambos serían luego campeones del mundo en México 86 y hasta integrantes del cuerpo técnico del Narigón en Boca.
En el Clausura 93, Vélez logró su segundo título, el primero de la exitosa era de Carlos Bianchi. Su consagración ante Estudiantes. Aquella tarde, el partido terminó 1 a 1, con gol de Chilavert de penal y de París para el Pincha. El equipo del Virrey no pudo dar la vuelta en UNO, porque Independiente, su competidor por el título, jugó más tarde y recién se coronó por la noche, tras el empate del Rojo.
En el Clausura 96, Estudiantes fue juez y parte de otra conquista velezana. El Pincha jugó en la última fecha el clásico con Gimnasia, el rival de Vélez por el campeonato, al que llegaban cabeza a cabeza. Y otro 1-1, con gol de París (sí, otra vez), le permitió al equipo del Virrey lograr su primer bicampeonato tras igualar 0 a 0 con Independiente.
En el Clausura 2003, llegó el partido que marcó el fin de la amistad entre ambas hinchadas, que hasta ahí compartían tribunas, banderas y asados. A una fecha del final, Estudiantes le ganó 1 a 0 a Vélez en Liniers con gol de José Sosa (hoy capitán del equipo de Eduardo Domínguez) y lo dejó sin chances de campeonato, que ganó River. Esa tarde, el público local insultó a Bilardo, DT del Pincha, y la relación entre la gente se quebró para siempre.
En el Clausura 2005, Vélez logró otra estrella con un hijo pródigo de Estudiantes en el banco: Miguel Ángel Russo, que la única camiseta que vistió como jugador fue la roja y blanca. ¿Y ante quién se coronó? Sí, ante el Pincha. Un 3 a 0 en Liniers contra el equipo de Mostaza Merlo, que había llegado a pelear ese campeonato y se cayó en las últimas fechas.
El último mano a mano fue por el Apertura 2010. Estudiantes, con Sabella como entrenador y Verón de capitán, logró su último campeonato local (hasta el año pasado, que ganaría la Copa Argentina), en una pelea durísima con el Vélez de Gareca. El que lo definió, en la última fecha, con dos goles ante Arsenal, fue Hernán Rodrigo López, quien había sido campeón en Liniers… el torneo anterior. Sacaron 45 y 43 puntos, respectivamente. Impresionante.
Clubes modelos, formadores de juveniles, campeones del mundo, con estirpe copera, con hinchadas amigas que rompieron relación, con técnicos en común (Osvaldo Zubeldía, nada menos), con vínculos actuales (Eduardo Domínguez, nacido en Liniers) y con una lucha sin cuartel por ser el sexto club más ganador de la historia. Estudiantes y Vélez. El Fortín y el Pincha. Más que una final.
